Derde (Almeria)

A 980 metros de altitud, sobre una pequeña elevación del terreno se asienta el pueblo de Derde, pedanía de Vélez Blanco. Alrededor de una quincena de viviendas ubicadas en dos barrios, separados entre si por unos doscientos metros conformaban la población. En sus alrededores había una cincuentena de cortijos dispersos aproximadamente.

"Mi padre (Diego Gazquez) fue alcalde pedáneo durante veinte años" DIEGO GAZQUEZ.

Para consumo de agua tenían que subir hasta una fuente (Fuente de los Pastores) ubicada a quinientos metros del pueblo.
A las mujeres les tocaba ir a lavar la ropa a alguna acequia cercana.
Nunca llegó la luz eléctrica a Derde.
"Usábamos candiles de aceite, quinqués y ya a lo último candiles de carburo" DIEGO GAZQUEZ.

Leña de pino era lo que se utilizaba para calentar la lumbre de los hogares.
Trigo, cebada y avena eran sus principales producciones agrícolas.
Mucha importancia tenía el almendro en sus fincas. El fruto obtenido se llevaba a vender a Vélez Rubio.
Para moler el grano iban al molino de Manuel Martínez en los Cortijos del Estrecho.
Algunos vecinos recogían esparto para su venta o ellos mismos confeccionaban serones, capazos y esteras entre otros utensilios.
Algunas familias poseían pequeños rebaños de ovejas. Los corderos se vendían a tratantes de Vélez Blanco.
Según las necesidades y las posibilidades se podían matar uno, dos y hasta tres cerdos al año en cada casa.

Arroyo del Estrecho de Santonge
Barranco del Royito
Casa Guino
Cortijo del Barranco
Cortijo Piedra de la Reina
Fuente de los Pastores
La Morra
Las Viñas
Loma de Derde
Los Calares
Los Canalizos
Los Cerricos
Los Hoyos

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Derde que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


Se desplazaban los miércoles a Vélez Blanco que era día de mercado. Unas cuatro horas tardaban en hacer el trayecto hasta la cabecera municipal. De paso cualquier vecino aprovechaba para recoger y llevar la correspondencia hasta el pueblo.

"En Derde había taberna, tienda y estanco, todo en la misma casa, lo regentaban Manuel y Manuela" DIEGO GAZQUEZ.

Venían vendedores ambulantes de María y Vélez Blanco vendiendo todo tipo de artículos y comestibles.
"Desde Pozo Alcón en la provincia de Jaén venía uno vendiendo aceite, otro venía desde el pueblo murciano de Cañada de la Cruz vendiendo manzanas y tambíen murciano era uno que venía desde La Parroquia vendiendo un poco de todo entre ello unas granadas que estaban muy buenas"DIEGO GAZQUEZ.

El cura venía desde Vélez Blanco para los oficios religiosos. Don Francisco realizó tal cometido muchos años.
Desde Topares venía el médico cuando la situación era de gravedad y lo requería.

"Para los partos se recurría a las buenas artes de la tía María que vivía en la cortijada de La Alqueria" DIEGO GAZQUEZ.

Para final de año y con la llegada de la Navidad era cuando Derde salía del letargo rutinario del trabajo. En estas fechas la Cuadrilla de Ánimas formada por músicos del pueblo (guitarra, laúd, guitarro, platillos) inundaban de algarabía las calles con su música y sus cantos. Fiesta que duraba varios días. Se iba casa por casa cantando coplas y se les daba dinero y alimentos como pollos, huevos, calabazas... Con lo obtenido se hacía la rifa de ánimas.

                                             Ya se despiden las Ánimas
                                             y muy contentas se van
                                             en pago de tu limosna
                                             Felices Pascuas te dan.


Las parrandas, malagueñas, jotas y gandulas eran los bailables de los que participaban las gentes del pueblo y de todos los cortijos cercanos en los llamados bailes de Ánimas.
Con estos días festivos se enlazaba prácticamente con la festividad de San Antón de mucha tradición en Derde y en toda la comarca de Los Vélez.
"Se hacía una procesión por las calles del pueblo. La gente pujaba por coger las andas para sacar o meter al santo. Las mujeres elaboraban rollos, mantecados y tortas de Pascua en los hornos" DIEGO GAZQUEZ.

La emigración no pasó de largo por la comarca almeriense de Los Vélez y así se fueron quedando vacías numerosas aldeas y cortijadas. Para últimos de los 70 ya se habían marchado todos en Derde quedando habitado solamente algún cortijo disperso. La falta de servicios básicos, el cierre de la escuela, la poca rentabilidad de la agricultura y las ganas de buscar otro modo de vida fueron los alicientes que hicieron a todos los vecinos buscar un nuevo acomodo en otros lugares. Hacía Jijona marcharon unas cuantas familias debido al auge de la industria turronera en las tierras alicantinas. Otros se fueron a Puzol en Valencia, alguna familia a Caravaca de la Cruz y otras gentes optaron por quedarse en los pueblos grandes de la comarca: Vélez Blanco y María.

Informante: Diego Gazquez, antiguo vecino de Derde (Conversación personal mantenida en su casa de María).

Visita realizada en marzo de 2023.

Punto y aparte. Unos cuantos años hace que tenía "apuntado" en mi agenda virtual (mente) el conocer este lugar de Derde. La ocasión se dio en este final de invierno de 2023 con ocasión de estar unos días por esta interesantísima zona donde se juntan las provincias de Almeria, Granada y Murcia. En esta mañana donde la temperatura es fresca y hay negros nubarrones (que amenazan con soltar agua, pero luego no se dará el caso) enfilo el camino que me llevara hasta mi objetivo. Un kilómetro antes de llegar me llama la atención el cementerio, situado a un lado del camino. Encalado de blanco, es de gran volumen. Bien cuidado, algunas tumbas reposan en su interior. Paso junto a un cortijo que tiene señales de vida pero no se ve presencia humana. Ya tengo a Derde ante mi campo de visión, encaramado en un pequeño cerro. Hacía allí me dirijo, un centenar de metros antes hay una casa de campo delimitada con una alambrada. Hay una persona haciendo alguna faena junto a la vivienda. Al verme llegar se limita a saludarme sin más. Cuando le hago alguna pregunta se aproxima a la verja y mantenemos una escueta conversación sobre el lugar. No parece con muchas ganas de hablar así que me despido de él y me encamino hacia el núcleo central del pueblo. Al subir el pequeño repecho ya avisto las primeras edificaciones: la inconfundible escuela y un grupo de casas en ruinas. Me dirijo hacia el recinto escolar, los grandes ventanales orientados hacía el este me dan la bienvenida. Adyacente a ella está la casa de la maestra. Se nota que son construcciones recientes, tanto en el diseño como en el material empleado. Dos arcos de medio punto dan acceso a los dos edificios. Me asomo al aula, diáfano, nada de interés, ningún ornamento escolar a resaltar, vigas caídas. Me dirijo a la casa de la maestra, visible la cocina con el hueco de la chimenea y el espacio dedicado a cantarera y poco más, las otras estancias de la casa están vacías de todo mobiliario y adorno estético. Salgo a la calle. Cojo un camino entre almendros que se aleja del pueblo. Quiero ver la vista panorámica desde aquí. Muy bonita, puedo apreciar la disposición urbanística de Derde en su ubicación sobre el terreno con sus dos barrios y la ermita en medio. Observo el mal estado generalizado de las edificaciones. Subo otra vez para arriba Me dirijo a contemplar el barrio bajo, situado junto a la escuela. Un pequeño grupo de casas compactas me recibe. Sorprendentemente y a pesar de su mal estado aún puedo entrar al interior de alguna de ellas. Algo de mobiliario y utensilios caseros son todavía visibles para hacer trabajar un poco la imaginación. En otra edificación veo alguna maquinaria de un molino como el rodezno y dos muelas, todo ello ya prácticamente enterrado por los escombros. Continuo "husmeando" por donde puedo, algún horno de pan, una puerta que resiste, un ventanuco, alguna alacena interior, y me dirijo por un suave camino ascendente a conocer la otra barriada. Entre medias de ambos se encuentra la ermita de Santa Gertrudis. De blanco reluciente y en perfecto estado de conservación. Es bonita y coqueta aunque los contrafuertes afean un poco. Me dirijo hacia el grupo de casas que está por encima, justo detrás del templo hay una casa en buen estado y gente en su interior, están dando buena cuenta de un almuerzo de mediodía en la entrada de la vivienda. Los saludo y les deseo buen provecho y continuo mi caminar. Llego hasta el barrio alto, por aquí está todo en muy mal estado, apenas nada en pie, difícil distinguir las edificaciones, ninguna tiene tejado ni las paredes enteras. Mucha viga caída y piedra escombrada. Brinco por donde puedo buscando algo de interés. Tomo unas cuantas fotografías. Buenas vistas desde aquí del resto del pueblo y de toda la llanura de Derde. Deshago nuevamente el camino, paso junto a la ermita y vuelvo a aparecer junto al barrio de abajo. Aún estando en algo mejor estado que el barrio alto sus edificaciones agonizan sin remisión. Es cuestión de tiempo que todo acabe en el suelo. Me dirijo nuevamente a la escuela. Me gusta su silueta. Me asomo a través de los ventanales, imagino un día de clase. Por imaginar que no quede, pero la realidad es otra. Por fin he podido conocer Derde. Me lo esperaba así. No me ha pillado por sorpresa porque había visto publicaciones recientes en otras páginas en internet. Pese al mal estado general del pueblo me voy con buen sabor de boca. Son de estos lugares que te dejan buenas sensaciones.

Entrando a Derde. Escuela y viviendas.




La escuela de Derde. Tres amplios ventanales orientados al este para recibir los primeros rayos solares del día. Se construyó en los años 50.



La escuela por su lado noreste. Campos de Derde. En el centro de la imagen el solitario cortijo de Ana Faces.



Visión de conjunto del centro escolar. La casa de la maestra (izquierda) y la escuela (derecha).
"Tuvimos una maestra muy buena, se llamaba doña Cecilia y era de Bustillo del Páramo en Palencia. Dejó muy buen recuerdo el tiempo que estuvo aquí"
DIEGO GAZQUEZ.




Mucha pared caída a ambos lados del camino. Fachada oeste de la casa de la maestra. De fondo el cerro del Gabar.



Grupo de casas formando un bonito encuadre. Son de las que mejor aguantan aún cuando su estado ya es agonizante.



Vivienda con su horno anexo.




Ruina generalizada. "Radiografía" de unas construcciones que expiran.



Vivienda. Boca de un horno.




Restos de una vivienda. Vigas caídas. Escombros.



Vivienda, corral anexo.




Era de trillar. Ermita. Barrio alto de fondo.




Ermita de Santa Gertrudis. Edificada en 1949. Hubo una ermita anterior en otro emplazamiento distinto que fue destruida durante la guerra. Por detrás las casas del barrio alto.



Edificaciones irreconocibles que agonizan. El cerro del Gabar dominando la escena.



Por el barrio de arriba las cosas están igual o peor.



A duras penas aguantan algunas paredes.




Algunos cortijos ubicados en las inmediaciones del pueblo se encuentran en relativo buen estado. Cortijo del Álamo.



Cementerio.

4 comentarios :

  1. Roberto Tartajlunes, 15 enero, 2024

    Hola Faustino,antes de nada deseo felicitarte el nuevo año y que sigas con ánimos renovados ofreciéndonos tus extensos y detallados reportajes,leyendo tu artículo no podía estar más de acuerdo contigo en tus apreciaciones sobre el motivo de sus habitantes de buscarse unas mejores condiciones de vida ya que como bien explicas,fueron causa de la emigración la falta de servicios básicos,cierre de la escuela,falta de alumbrado entre otras ,así que no tuvieron más remedio que buscarse la vida en otros lugares,pues nada,Faustino,como siempre un excelente y detallado artículo,un abrazo

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    1. Hola Roberto, muchas gracias por tus felicitaciones. Los mismos deseos para ti.
      Pues si, es una constante que se repite en estos despoblados. Cada uno tiene su particular historia que lo hace diferente de los demás pero luego casi todos vienen a converger en un mismo punto: los motivos de la marcha de sus gentes. Y es que si el progreso no llegaba había que buscarlo por otros sitios. Y además el cierre de las escuelas fue muy dañino para muchos pueblos. Empujó a los más remisos a marchar. Un abrazo

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  2. Es una lastima que mis ambiciones sean mas modestas que las tuyas, aunque mi familia es de Granada y mi abuela era de Almeria, por lo que igual me pilla de camino algún dia. Las imagenes reflejan muy bien el abandono de esos pueblos solitarios. Me ha llamado la atencion que la casa de la maestra es bastante mas grande que la escuela.
    El mundo de los maestros de pueblo merece librros y peliculas. Eran gente abnegada, mal pagada (Pasas mas hambre que un maestro de escuela...) y que instruyó a generaciones, incluida la mia. Viví en un pueblo hasta los diez años y guardo un grato recuerdo del maestro y la maestra, que en esta caso eran pareja. Tus imagenes y texto me han recordado esa infancia simple, sencilla y...feliz, puesto que las expectativas no eran como las de ahora.
    Un abrazo.

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    1. No descartes que un día puedas visitar Derde. España es grande pero pequeña a la vez y el día menos pensado estas visitando las tierras donde provienen parte de tus raíces.
      Totalmente de acuerdo con tu apreciación sobre los maestros de aquella época en estos pueblos, daría para escribir un libro sobre ellos. Por lo general había dos ejemplos predominantes de los docentes que impartían enseñanza en estos lugares. Por un lado el de chicas jovenes recién acabada la carrera de magisterio que solía ser su primer destino. En la mayoría de los casos no se adaptaban y se iban (en ocasiones sin esperar a terminar el curso). Por otro lado se daba el caso de maestras ya mayores que echaron raíces en el lugar y estuvieron muchos años.
      Un abrazo Jose Miguel.

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