Recostado sobre un cerro del barranco Fuentimor se sitúa el despoblado de Valdevigas.
Aislada población, solo caminos de caballería permitieron llegar hasta sus muros. Dependiente del municipio de Enciso, estaba formado por quince viviendas, ermita, escuela (estuvo cerrada durante la guerra) y casa concejo.
Duras y abancaladas tierras de las que se obtenía trigo y cebada principalmente. Las ovejas eran su principal recurso, los corderos se vendían a carniceros de Enciso y Arnedo, la lana se llevaba a Enciso y a Munilla para ser aprovechada en las fábricas textiles que allí había. El textil que dio muchísimo auge a aquellos dos pueblos y adónde iban alguno de los vecinos de Valdevigas a trabajar. Como también algunas mujeres acudían a trabajar a la poderosa fabrica de chocolate de Las Bargas.
Contaron con luz eléctrica proveniente del molino Gil de Las Ruedas de Enciso. A este mismo molino iban a moler el grano.
No tenían fuente y se suministraban de una poza que había en el barranco.
Cabezo Mediano
Collado Somero
Cubillo
El Barranco
El Guindar
El Pago
Erreñelapeña
Fuente Cubillo
Fuente Los Pozos
Hoya Bajera
Hoya Miguel
Hoyacerezo
La Colorada
La Coscoja
La Cruz
La Llana Pellejero
La Peña
La Viña del Pomar
Las Cortes
Las Eras
Las Umbrialejas
Los Avenares
Majadilla
Matabarranco
Monte Tosesón
Rinconada
Solana Cubillo
Solana Gavillo
Umbría Cubillo
Umbría Tosesón
Umbrigüela
Valdemunilla
Valle de Abajo
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Valdevigas que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
Dos días duraban sus fiestas patronales (11 de noviembre) en honor a la virgen de la Magdalena.
Se hacía una diana mañanera con los músicos por las casas del pueblo, donde se obsequiaba a la comitiva con anís, moscatel y rosquillas.
La misa y la procesión eran los actos religiosos, mientras que la parte festiva eran los gaiteros de Garranzo (Santos y José) los que ponían la nota para hacer bailar a los presentes. Baile que se realizaba por la tarde en una era y por la noche en el concejo.
Cada año era una casa la encargada de elaborar unos roscos que luego se rifaban.
No faltaban en la fiesta vendedores de Munilla y de Larriba vendiendo garrapiñadas y caramelos.
El cura llegaba desde Enciso a oficiar la misa y también de Enciso venía el médico.
El cartero (Esteban) se desplazaba hasta Enciso a recoger la correspondencia y la repartía en La Escurquilla y en Valdevigas.
El herrero venía del pueblo soriano de La Vega.
Para realizar compras aprovechaban el domingo que era día de mercado en Enciso y a la vez que vendían algún animal de corral se abastecían de productos de primera necesidad.
También la juventud realizaba el trayecto hasta Enciso los domingos para acudir al baile que allí se hacía por las tardes.
Las malas comunicaciones, el poco futuro del campo y el declive de las fabricas de Enciso llevó a los habitantes de Valdevigas a buscar otro medio de vida más confortable. Algunos se quedaron en Enciso y otros se fueron para Arnedo, Logroño y Barcelona.
A principios de los 60 ya solo quedaban dos casas abiertas y fueron Francisco Blanco y su mujer Ángeles Fernández, además de los tres hijos que tuvieron (Pedro, Inocencia y Jesús) los últimos de Valdevigas. En el año 1962 cerraron su casa y se marcharon a Enciso.
Informante: Antiguo vecino de Valdevigas (Conversación personal mantenida en un establecimiento de hostelería de Enciso).
-Los topónimos están extraídos de la página web Errioxa. Luis Manuel Fernández: "Recopilación de topónimos de Enciso, Valdevigas..."
Visitas realizadas en marzo de 2008 y mayo de 2014.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Punto y aparte. Mañana típica de mayo, tan pronto sale el sol como se esconde, como amenaza tormenta. El camino desde La Escurquilla que empieza bien delimitado desaparece como por arte de magia, hay que intuir e ir por la loma más alta entre matorral bajo hasta encontrar el sendero GR que viene de Enciso y va hasta Munilla. Una vez por este camino ya es bajada y se divisa Valdevigas al fondo del barranco. Panorámica que se hace cada vez más bonita según me acerco. Tiene una fotografía preciosa el pueblo cuando ya estás frente a él. En forma de pared vertical se dibuja este pueblo. Tras atravesar el pequeño arroyo entro en la parte baja de Valdevigas, con la casa concejo a orillas del camino. El pueblo esta devorado por la vegetación, intento buscar un resquicio para entrar por alguna calle pero no lo consigo, por más que contorneo todo el pueblo no hay manera. Cuando estoy en la parte alta empieza a llover con verdadera gana (una vez más el paraguas y el chubasquero se han quedado en el coche) así que toca ponerse a resguardo porque cae con ganas. Hay pocos edificios donde poder guarecerse, me meto en un pajar al que le falta la mitad del tejado. La lluvia no afloja así que me toca estar a cubierto. Si en Valdevigas está lloviendo bien, en Munilla tiene que estar diluviando a tenor de como se ve el cielo por allí. Cincuenta minutos después para de llover. Continuo mi periplo exterior por las casas, cuando a los diez minutos otra vez se arranca a llover. Ahora estoy en la parte baja así que la casa concejo es el lugar idóneo y casi único para protegerse del agua. Es estar dentro del edificio y el baile que allí se celebraba en las fiestas empieza a tomar forma en mi imaginación.
¡Lo que habría dado por retroceder en el tiempo y ver un baile allí dentro!
Siempre me ha llamado muchísimo la atención cuando me contaban que en tal o cual pueblo realizaban los bailes en la escuela o en el ayuntamiento y no alcanzo a comprender como se podía celebrar un baile en un recinto tan pequeño como el que ahora estoy.
¡Con los músicos y cuatro parejas que hubiera ya no cabía nadie más!
Pero se hacían, vaya que sí se hacían. Y todos tan felices.
¡Eso eran bailes!
Esta vez la lluvia se cansa más pronto de soltar agua y puedo continuar mi inspección, siempre exterior de Valdevigas. Terminada mi visita me marcho por el mismo camino de venida. Esta vez es subida. Según voy ascendiendo me paro cada pocos metros y me vuelvo para echar un último vistazo a este pueblo que tuvo que ser la mar de bonito.
Es de los pocos deshabitados que se puede decir que es precioso aún sin poder entrar en su interior.
Vista parcial del pueblo. Parte central. Primavera radiante, vegetación exuberante, en plenitud de color. Se intuye un trazado urbano precioso.
Prácticamente nada queda de la ermita de Santa Ana y su cementerio anexo. Empezaron las goteras y en poco tiempo se vino abajo toda la cubierta. La maleza se ha hecho dueña del interior.
Imposible dar un paso más. La vegetación recupera el terreno que un día fue suyo. A duras penas emergen restos de las edificaciones entre la maleza.
Una de las últimas casas que se cerraron en Valdevigas. Vivía en ella Tomasa Rodríguez con un hijo, Teófilo. Se marcharon para Enciso.
Por la parte alta del pueblo. La vegetación apabulladora, asfixiante.
Aislada población, solo caminos de caballería permitieron llegar hasta sus muros. Dependiente del municipio de Enciso, estaba formado por quince viviendas, ermita, escuela (estuvo cerrada durante la guerra) y casa concejo.
Duras y abancaladas tierras de las que se obtenía trigo y cebada principalmente. Las ovejas eran su principal recurso, los corderos se vendían a carniceros de Enciso y Arnedo, la lana se llevaba a Enciso y a Munilla para ser aprovechada en las fábricas textiles que allí había. El textil que dio muchísimo auge a aquellos dos pueblos y adónde iban alguno de los vecinos de Valdevigas a trabajar. Como también algunas mujeres acudían a trabajar a la poderosa fabrica de chocolate de Las Bargas.
Contaron con luz eléctrica proveniente del molino Gil de Las Ruedas de Enciso. A este mismo molino iban a moler el grano.
No tenían fuente y se suministraban de una poza que había en el barranco.
Cabezo Mediano
Collado Somero
Cubillo
El Barranco
El Guindar
El Pago
Erreñelapeña
Fuente Cubillo
Fuente Los Pozos
Hoya Bajera
Hoya Miguel
Hoyacerezo
La Colorada
La Coscoja
La Cruz
La Llana Pellejero
La Peña
La Viña del Pomar
Las Cortes
Las Eras
Las Umbrialejas
Los Avenares
Majadilla
Matabarranco
Monte Tosesón
Rinconada
Solana Cubillo
Solana Gavillo
Umbría Cubillo
Umbría Tosesón
Umbrigüela
Valdemunilla
Valle de Abajo
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Valdevigas que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
Dos días duraban sus fiestas patronales (11 de noviembre) en honor a la virgen de la Magdalena.
Se hacía una diana mañanera con los músicos por las casas del pueblo, donde se obsequiaba a la comitiva con anís, moscatel y rosquillas.
La misa y la procesión eran los actos religiosos, mientras que la parte festiva eran los gaiteros de Garranzo (Santos y José) los que ponían la nota para hacer bailar a los presentes. Baile que se realizaba por la tarde en una era y por la noche en el concejo.
Cada año era una casa la encargada de elaborar unos roscos que luego se rifaban.
No faltaban en la fiesta vendedores de Munilla y de Larriba vendiendo garrapiñadas y caramelos.
El cura llegaba desde Enciso a oficiar la misa y también de Enciso venía el médico.
El cartero (Esteban) se desplazaba hasta Enciso a recoger la correspondencia y la repartía en La Escurquilla y en Valdevigas.
El herrero venía del pueblo soriano de La Vega.
Para realizar compras aprovechaban el domingo que era día de mercado en Enciso y a la vez que vendían algún animal de corral se abastecían de productos de primera necesidad.
También la juventud realizaba el trayecto hasta Enciso los domingos para acudir al baile que allí se hacía por las tardes.
Las malas comunicaciones, el poco futuro del campo y el declive de las fabricas de Enciso llevó a los habitantes de Valdevigas a buscar otro medio de vida más confortable. Algunos se quedaron en Enciso y otros se fueron para Arnedo, Logroño y Barcelona.
A principios de los 60 ya solo quedaban dos casas abiertas y fueron Francisco Blanco y su mujer Ángeles Fernández, además de los tres hijos que tuvieron (Pedro, Inocencia y Jesús) los últimos de Valdevigas. En el año 1962 cerraron su casa y se marcharon a Enciso.
Informante: Antiguo vecino de Valdevigas (Conversación personal mantenida en un establecimiento de hostelería de Enciso).
-Los topónimos están extraídos de la página web Errioxa. Luis Manuel Fernández: "Recopilación de topónimos de Enciso, Valdevigas..."
Visitas realizadas en marzo de 2008 y mayo de 2014.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Punto y aparte. Mañana típica de mayo, tan pronto sale el sol como se esconde, como amenaza tormenta. El camino desde La Escurquilla que empieza bien delimitado desaparece como por arte de magia, hay que intuir e ir por la loma más alta entre matorral bajo hasta encontrar el sendero GR que viene de Enciso y va hasta Munilla. Una vez por este camino ya es bajada y se divisa Valdevigas al fondo del barranco. Panorámica que se hace cada vez más bonita según me acerco. Tiene una fotografía preciosa el pueblo cuando ya estás frente a él. En forma de pared vertical se dibuja este pueblo. Tras atravesar el pequeño arroyo entro en la parte baja de Valdevigas, con la casa concejo a orillas del camino. El pueblo esta devorado por la vegetación, intento buscar un resquicio para entrar por alguna calle pero no lo consigo, por más que contorneo todo el pueblo no hay manera. Cuando estoy en la parte alta empieza a llover con verdadera gana (una vez más el paraguas y el chubasquero se han quedado en el coche) así que toca ponerse a resguardo porque cae con ganas. Hay pocos edificios donde poder guarecerse, me meto en un pajar al que le falta la mitad del tejado. La lluvia no afloja así que me toca estar a cubierto. Si en Valdevigas está lloviendo bien, en Munilla tiene que estar diluviando a tenor de como se ve el cielo por allí. Cincuenta minutos después para de llover. Continuo mi periplo exterior por las casas, cuando a los diez minutos otra vez se arranca a llover. Ahora estoy en la parte baja así que la casa concejo es el lugar idóneo y casi único para protegerse del agua. Es estar dentro del edificio y el baile que allí se celebraba en las fiestas empieza a tomar forma en mi imaginación.
¡Lo que habría dado por retroceder en el tiempo y ver un baile allí dentro!
Siempre me ha llamado muchísimo la atención cuando me contaban que en tal o cual pueblo realizaban los bailes en la escuela o en el ayuntamiento y no alcanzo a comprender como se podía celebrar un baile en un recinto tan pequeño como el que ahora estoy.
¡Con los músicos y cuatro parejas que hubiera ya no cabía nadie más!
Pero se hacían, vaya que sí se hacían. Y todos tan felices.
¡Eso eran bailes!
Esta vez la lluvia se cansa más pronto de soltar agua y puedo continuar mi inspección, siempre exterior de Valdevigas. Terminada mi visita me marcho por el mismo camino de venida. Esta vez es subida. Según voy ascendiendo me paro cada pocos metros y me vuelvo para echar un último vistazo a este pueblo que tuvo que ser la mar de bonito.
Es de los pocos deshabitados que se puede decir que es precioso aún sin poder entrar en su interior.
Valdevigas al fondo del barranco.
Bajando por el sendero de acceso al pueblo.
Vista parcial del pueblo. Parte central. Primavera radiante, vegetación exuberante, en plenitud de color. Se intuye un trazado urbano precioso.
Otra panorámica parcial del pueblo.
Entrando a Valdevigas por el camino de Enciso.
Prácticamente nada queda de la ermita de Santa Ana y su cementerio anexo. Empezaron las goteras y en poco tiempo se vino abajo toda la cubierta. La maleza se ha hecho dueña del interior.
La casa concejo. En la planta baja quedaba la fragua.
Desde la puerta del concejo.
Bonito rincón.
Imposible dar un paso más. La vegetación recupera el terreno que un día fue suyo. A duras penas emergen restos de las edificaciones entre la maleza.
Una de las últimas casas que se cerraron en Valdevigas. Vivía en ella Tomasa Rodríguez con un hijo, Teófilo. Se marcharon para Enciso.
La casa de Fausto y Milagros. Emigraron a Barcelona.
Vivienda con horno anexo.
Por la parte alta del pueblo. La vegetación apabulladora, asfixiante.
Me he despertado con tu entrada, ¿esta vez has ido desde Munilla? Me has hecho recordar mi visita, yo pasé mucho calor, sobre todo el regreso que era con bastante pendiente y fuimos atravesando monte.
ResponderEliminarVoy a enlazar tu entrada en la que yo hice, y ya puse el 13 del despoblado, un abrazo.
Paca
No, siempre he ido por La Escurquilla, es la mitad de tiempo que desde Munilla, aunque si voy otra vez si me gustaría ir por aquel otro para conocerlo.
EliminarYa vi la entrada que hiciste del 13.
Un abrazo Paca.
HE CITADO TU BLOG ( PUEBLOS DESHABITADOS ) , FAUSTINO , EN EL MÍO. QUIZÁ HAYAN INFLUÍDO TUS TEXTOS Y FOTOGRAFÍAS PARA HABLAR , EN SEVILLACÁDIZ, DE MONTES NUBOSOS DE LA NAVA ALTA. ENHORABUENA DE NUEVO Y UN ABRAZO.
ResponderEliminarGUILLERMO
Pues si te ha inspirado el blog para escribir algo en el tuyo bienvenido sea.
EliminarYa pasaré a echarle un vistazo.
Un abrazo Guillermo.
Preciosas fotos, Faustino. Qué desolación hay por los alrededores.
ResponderEliminarValdevigas es precioso, lastima que no se pueda entrar en su interior, tiene que haber tenido un trazado urbano bastante pintoresco.
EliminarUn abrazo Angelines.
Sorprende hasta que punto se ha dejado en manos de la naturaleza un rincón tan bonito. Es como si ya ningún hijo se acercara nunca por ahi. Una verdadera lastima.
ResponderEliminarGracias por rescatarlo aunque sea en la memoria.
Un abrazo.
La vegetación lo que hace es recuperar el terreno que un día fue suyo, Así que no hay nada que reprocharla,
EliminarYo por eso siempre defiendo la existencia de vacas sueltas en las calles de los despoblados, porque así contribuyen a que no crezca mucho la maleza por donde ellas pisan.
Algún hijo de Valdevigas se acerca de vez en cuando por allí, aunque viendo el estado del pueblo y que no es fácil llegar sino es andando pues cada vez va menos gente, pero siempre hay nostálgicos.
Un abrazo David.
Hola Faustino,desde luego ese pueblo tuvo que ser precioso antes de que la vegetación se hiciera con el por culpa del abandono,yo este sábado he estado visitando el Mas de Navarrete,una aldea cerca de Camarena de la Sierra,en Teruel,y me he alegrado de ver que pese al abandono que padece hay un par de casas rehabilitadas,de hecho había gente allí,pués nada,como siempre agradecerte tus extensas explicaciones y bellas fotografias que muestras,un trabajo bién hecho,un abrazo
ResponderEliminarRoberto
Ya lo creo que tuvo que ser precioso, lo es ahora aunque de otra manera, una conjugación muy bonita de vegetación con arquitectura popular.
EliminarBonita zona turolense la que has tenido ocasión de visitar este sábado.
Un abrazo Roberto.
Bonito pueblo;la vista que hay cuando se divisa la primera vez cuando se viene de La Escurquilla es impresionante..veo que aunque un poco mas destruido mantiene el encanto.Se puede acceder tambien por el barranco de Las Bargas,aunque par subir es un poco mas lioso ,para bajar no hay ningún problema ,seguirlo todo para abajo,y llegas en aproximadamente 40 min.Te ha quedado un reportaje precioso,Faustino.a ver para cuando Acrijos y Fuentebella.Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es, la vista de Valdevigas según vas bajando por el camino de La Escurquilla es deliciosa. Por su aislamiento mantiene bastante encanto todavía, me quedo con las ganas de haber conocido su trazado urbano porque me da la impresión que tuvo que tener mucho encanto.
EliminarNo conozco la llegada por el camino de Las Bargas, pero tiene que ser un recorrido muy interesante, como el de Munilla.
Acrijos creo que para después del verano lo sacaré y en cuanto a Fuentebella tendrá que esperar porque estoy a la espera de algún contacto. De momento se queda en la ´´reserva´´.
Un abrazo Blas.
Mucha alegria me ha dado al abrir tu blog ver que le ha tocado a esa comarca tan querida para mi.Claro que es preciosa esa aldea, pero lo peor es la mala comunicación que tenía. Me encanta que esté invadida por la naturaleza, si sus dueños no la pueden disfrutar, en cierto modo, ésta, la adorna y la respeta, no como otras aldeas que son motivo de gamberrismo por parte de algunos visitantes (por llamarlos de alguna manera) que profanan sus interiores rompiéndo todo lo que encuentran. Ojala que todos fueran como TU, que las ensalzas, las sacas de su letargo de alguna manera y todos las admiramos y te lo agradecemos. Un abrazo.
ResponderEliminarMagdalena
Me imagino que de una u otra manera Valdevigas te es familiar. Sus malas comunicaciones fueron un acicate para que la gente se marchara y son ahora un impedimento para que la visite mucha gente. Viéndolo desde tu punto de vista llevas parte de razón, de que por lo menos la sabia naturaleza protege a Valdevigas de la invasión de bárbaros y gentes sin escrúpulos que no respetan siglos de historia.
EliminarTiene mucho encanto la vista exterior de la vegetación envolviendo y adornando las edificaciones aunque no podamos disfrutar de su trazado urbano.
Un abrazo Magdalena.
No e tenido mas remedio que reírme pues despues de haber leído toda la historia de Valde Vigas que por cierto es lo mas de interesante . Contándola tu con esa chispa que te caracteriza .y el chaparron encima . no dejabas que volara tu imaginación con los bailes que se hacían el la casa concejo y como podía coger los mozos bailando. Pues si como tu dices Faustino eran felices . pero es una lastima que todo a cabe de alguna manera, te doy la enhorabuena por tu historia tan bonita que como tu sabes me gusta leerlas. Sin mas un abrazo tu amiga Nati
ResponderEliminarFaustino todas las fotos son preciosas .Pero la primera es única pero que bonita NAti
ResponderEliminarHola faustino, me llamo Blas y soy de Asunción capital del Paraguay. Aquí estamos en invierno con una temperatura de 11 grados, estoy en cama bien abrigado leyendo tus reportajes como lo hago todos los días antes de dormir. Con cada relato tuyo con cada foto de un pueblo deshabitado mi imaginación me transporta a españa y en su pasado reciente. Sin ser de ahí, sin conocer esos lugares, cada relato me llena de añoranza, tristeza, y ganas de vivir en una casa con esas características, me gustaría conocer los pueblos negros de españa y pasar una semana de invierno por ahí. Es un sueño pero gracias a tus relatos me imagino que estoy ahí. Como dicen uds, Faustino en hora buena. Exelente trabajo. Bendiciones
ResponderEliminarPues nada Blas que sigas disfrutando de los reportajes que vas leyendo antes de irte a dormir. Ya que te pilla lejos para visitarlos por lo menos que con la imaginación puedas viajar virtualmente por estos lugares tan bonitos y tan tristes a la vez y empaparte de sus pequeñas historias que son lo más bonito de todo.
EliminarLos pueblos negros que quieres conocer están un poco transformados a como estaban hace años. Las modernidades y las infraestructuras también han llegado a aquella zona y les ha quitado un poco encanto, aun así siguen siendo pueblos encantadores para visitar.
El mayor exponente de lo que es la arquitectura negra en estado más puro queda reflejado en el pueblo de La Vereda que puedes ver en este blog.
Gracias por tu comentario.
Saludos.
Hola Faustino: Esta tarde he estado por ahí, como dices no se puede entrar a ninguna calle e incluso se han derrumbado algunos muros sobre el GR al lado de la casa del concejo. Queríamos ir un día un amigo y yo y no encontrabamos forma cómodad de acceder, Sufro de algunos achaques musculares y además me canso mucho. Una forma fácil es en coche seguir la carretera de Munilla a Zarzosa, al llegar al puente que cruza el río y tomar la pista de la Mata por el lado izquierdo, subir unos dos Km hasta lo alto y dejar el coche ahí. Ahí mismo encontraremos las marcas del GR. De ahí a Valdevigas hay poco más de 1 Km todo bajada. A la vuelta hay que subirla pero no es muy pendiente.
ResponderEliminarSaludos Elías Arana
Valdevigas parece acorazado en su propia ruina y es imposible acceder a su interior por ningún sitio. Es una lastima porque si solo con la visión exterior es un pueblo muy atractivo imagínate como sería pudiendo recorrer el trazado urbano.
EliminarLas dos veces que he ido a Valdevigas he ido por el camino de La Escurquilla pero si hubiera una tercera visita intentaría llegar por este camino que citas desde Munilla.
En cuanto a la petición que me haces no hay ningún problema, puedes hacerlo como dices, ya pasaré a visitar tu pagina con más detenimiento porque hay bastante para leer.
Gracias por dejar tu comentario Elías.
Saludos.
Hola Faustino, bonito y completo reportaje.
ResponderEliminarSi, una pena no poder acceder al pueblo por la maleza, pero de alguna forma así queda protegido. Ayer precisamente, hice el recorrido por el barranco desde Las Bargas. Luego subida por el GR hacia Munilla y en el punto alto, girar a la derecha por la pista y una vez recorrido unos tres km., antes de enlazar con la pista que va a Munilla, girar a la derecha hasta bajar otra vez al barranco, cruzarlo y subir hasta el despoblado de Las Bargas, hoy convertido en dos corrales y lo demás hundido, y de allí un corto tramo de vuelta a la carretera. Yo, animo hacer este recorrido desde el final del barranco, en la casa del reloj, primero justo por encima y cuando se tiene acceso, un km. mas adelante, hacerlo por el mismo barranco, da gusto con el ruido del agua. Además hay icnitas en el cauce del mismo. Yo lo he hecho desde Munilla y desde Enciso, y pienso que el más bonito es este del barranco. Yo lo he hecho varias veces por aquí y es el que mas me gusta.
Si que se está cayendo parte de las paredes en el GR y una pena, porque creo que le pasará lo mismo al tramo que hay una escalera de piedra sobre la misma pared de acceso al pueblo.
Me gustaría poner una foto de dicha escalera, pero no se como hacerlo y si se puede.
No conozco esos trayectos que comentas para acceder a Valdevigas pero tienen que ser preciosos. Algún amigo ya me ha comentado la belleza del que sube desde Las Bargas. Yo las dos veces he accedido por el camino de La Escurquilla. Si fuera otra vez probaría alguno de estos alternativos.
EliminarLa foto que me comentas de la escalera de piedra, no se ahora mismo cual es la que dices. Las fotos no se pueden poner libremente, me la tendrías que mandar a mi y yo subirla al blog.
Gracias Pe Junar por dejar tu comentario.
Saludos.
Como llegar a valdevigas por la escurqilla?, esta dificil por las obras y porque hay que pasar un barranco y la escurkilla queda aislado, seguire investigando, soy carlos gran amante de todo lo abandonado y gracias por vuestros comentarios
ResponderEliminarHola Faustino,
ResponderEliminarEl domingo 29 de septiembre estuvimos caminando desde Enciso hasta Munilla, pasamos por Valdevigas, nos asomamos a las casas de más abajo, vimos que las vacas hacen la vida por esa parte del pueblo, aunque no vimos a ninguna vinieron con nosotros un grupo de moscas hasta Munilla.
Me gustó el trocito del camino antes de llegar a Valdevigas.
Saludos
Hola Mariel.
EliminarEs precioso el recorrido desde Enciso hasta Munilla y coincido contigo que el último tramo antes de llegar a Valdevigas es muy bonito según vas descendiendo hacía el pueblo.
Si visteis las casas bajeras os podéis conformar porque no se puede entrar mucho más, el pueblo está tomado por la vegetación.
Las moscas son muy molestas y machaconas para el caminante. Yo también las he sufrido en diversas ocasiones y es muy incomodo caminar con ellas pegadas.
Gracias por dejar tu comentario.
Un cordial saludo.
Estimado Señor Faustino Calderón, en Mayo del año 2017, conocimos la tierra de mi suegro Ricardo Fernández, a pesar de formar una familia con esposa y dos hijas, en Argentina, nunca supero su partida de Valdevigas en el 1924.
ResponderEliminarCon mi esposa recorrimos el camino que él hacia entre los senderos a pie, donde cuidaba las ovejas, era pastor. La emoción de mi señora y mia al llegar a la casa paterna, que esta sin invadir por la maleza, entera, la recorrimos asombrados, cuando subimos la escaleras interna y observamos los cuartos, cocina, lugar en planta baja donde se gurecía a los animales. Comprendimos y sentimos más orgullo de haberlo disfrutado
La añoranza de Valdevigas que debió sentir en la distancia tu suegro sería inmensa. Era un cambio muy fuerte.
EliminarMe alegra saber que pudisteis visitar hace unos años el pueblo en donde están parte de vuestras raíces.
Me pongo en situación cuando estuvierais visitando el pueblo y la emoción de pisar los mismos lugares que anduvo vuestro antepasado y sobre todo poder moveros por la casa donde el habitó.
Son sensaciones muy fuertes, muy emocionantes y muy placenteras.
Gracias por dejar este bonito comentario.
Un cordial saludo.
Gracias por su respuesta, y por dar a conocer los pueblos abandonos y su historia. Abrazo enorme a la distancia
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