Icedo a no tardar muchos años va a ser uno más de los pueblos en los que apenas algún muro entre zarzas y las ruinas de la parroquial van a señalar que en este lugar hubo una población. Su agonía va avanzando a pasos agigantados y de las doce viviendas que llegó a contar solo un par de ellas todavía son identificables aunque no por mucho tiempo.
Situado en una abierta y amplia vaguada, poseía unas llanas tierras de cultivo dedicadas a la producción de trigo, cebada y yeros principalmente.
A moler el grano les tocaba desplazarse en caballerías hasta los molinos de Talamillo del Tozo, Fuente Urbel y Rasgabragas.
Ovejas y vacas eran el otro sustento básico de las gentes en lo tocante a la ganadería.
Iglesia, casa concejo y seis hornos eran los edificios comunitarios más representativos que llegó a tener Icedo en el siglo XX, puesto que carecieron siempre de escuela, por lo que los niños en edad escolar (una docena) tenían que andar diariamente los dos kilómetros que les separaban de la de Villanueva de Puerta.
Los curas que venían a Icedo a oficiar los actos religiosos tenían variada procedencia, así antiguamente venia don Ricardo desde Quintanilla de la Presa en burro, animal que si hacia buen tiempo lo dejaba a la puerta de la iglesia y en invierno en la cuadra de la casa del tío José.
A este le sustituyo don Martiniano que venía desde Los Valcárceres andando. Los últimos que se recuerdan son el cura de Las Celadas y el de Villanueva de Puerta.
El médico (don Antonio) subía desde Villadiego, primero andando y más tarde con un Seat 600 que se compró, como hasta el pueblo no se podía subir con vehículo por no haber camino para ello, le recogían con una caballería donde hubiera dejado el coche.
El cartero venia de Villalbilla andando y era natural de Hormicedo.
El ganado y los aperos se llevaban a herrar y reparar a la fragua de Ignacio Hierro en Villanueva de Puerta.
El pueblo se auto abastecía de productos de primera necesidad como era la leche, queso, huevos, carne de cerdo, etc. El pan se hacía en los hornos del pueblo y el pescado (sardinas y chicharros) los traía un vendedor ambulante de Tardajos que se desplazaba en moto. En época de matanza venían vendedores ambulantes conocidos como los pimentoneros (Paco y Pepe).
A Villadiego se desplazaban para hacer compras grandes (alimentación, ropa, farmacia, etc).
El 16 de septiembre, festividad de La Piedad, celebraban los carrascos (apodo por el que se conocía a los habitantes de Icedo) sus fiestas patronales. Acudía gente de Fuencivil, de Villanueva de Puerta, de Boada de Villadiego, de Coculina entre otros pueblos.
Empezaba con una diana y un pasacalle, donde se obsequiaba en las casas con pastas y una copita de orujo de la época. Misa y procesión por la mañana, baile por la tarde y por la noche verbena. Cada familia solía matar una oveja para estas fechas.
Elías y Pablo con caja y dulzaina eran los músicos encargados de animar el baile que se realizaba en una era junto a la fuente. Posteriormente venia de Aguilar de Campoo (Palencia) El Chato y compañía- padre a la batería, la hija con el acordeón y un amigo de la hija como cantante a capela-. Otros músicos que se recuerdan eran los procedentes de Susinos conocidos como ¨El Talegas y El Costales¨.
Los domingos y festivos se entretenían jugando a fútbol, bolos, frontón- para lo cual se utilizaba la pared trasera de la iglesia- y la barra, juego que consistía en lanzar una barra de hierro de 70 centímetros con una punta plana y otra con punta de puntero. Se lanzaba como una jabalina y siempre tenía que caer por la punta plana y ganaba el trofeo quien más lejos la mandaba (el premio generalmente era un pollo, un cordero o una botella de coñac). Se competía entre pueblos.
Llegaron a conocer la luz eléctrica, pero solo la última familia que quedó en Icedo, los demás ya se habían marchado cuando se instaló esta modernidad que sustituía a los candiles y las velas utilizados durante años.
Ultima familia que fue el matrimonio formado por Delfín González y Concepción Alonso, que después de llevar doce años viviendo solos, en 1975 decidieron cerrar su casa para siempre. Con su marcha se terminó el ciclo de vida humana en Icedo.
Al País Vasco y a Burgos se habían ido marchando anteriormente los carrascos, debido al aislamiento que padecían, a la falta de servicios y al número elevado de componentes en algunas familias que hacía que no hubiera trabajo para todos en una tierra con pocos recursos.
Informante: Antiguo vecino de Icedo (Contacto por correo electrónico a través de un hijo suyo).
Visita realizada en enero de 2013.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Vista de Icedo llegando por el camino de Quintanilla la Presa.
La otra casa que todavía es reconocible en el pueblo, no por mucho tiempo.
Las demás viviendas ya no dejan intuir como podía ser su antigua fisonomía.
La depauperada imagen de Icedo vista desde la puerta de la iglesia. Ningún parecido con lo que se vería antaño.
Situado en una abierta y amplia vaguada, poseía unas llanas tierras de cultivo dedicadas a la producción de trigo, cebada y yeros principalmente.
A moler el grano les tocaba desplazarse en caballerías hasta los molinos de Talamillo del Tozo, Fuente Urbel y Rasgabragas.
Ovejas y vacas eran el otro sustento básico de las gentes en lo tocante a la ganadería.
Iglesia, casa concejo y seis hornos eran los edificios comunitarios más representativos que llegó a tener Icedo en el siglo XX, puesto que carecieron siempre de escuela, por lo que los niños en edad escolar (una docena) tenían que andar diariamente los dos kilómetros que les separaban de la de Villanueva de Puerta.
Los curas que venían a Icedo a oficiar los actos religiosos tenían variada procedencia, así antiguamente venia don Ricardo desde Quintanilla de la Presa en burro, animal que si hacia buen tiempo lo dejaba a la puerta de la iglesia y en invierno en la cuadra de la casa del tío José.
A este le sustituyo don Martiniano que venía desde Los Valcárceres andando. Los últimos que se recuerdan son el cura de Las Celadas y el de Villanueva de Puerta.
El médico (don Antonio) subía desde Villadiego, primero andando y más tarde con un Seat 600 que se compró, como hasta el pueblo no se podía subir con vehículo por no haber camino para ello, le recogían con una caballería donde hubiera dejado el coche.
El cartero venia de Villalbilla andando y era natural de Hormicedo.
El ganado y los aperos se llevaban a herrar y reparar a la fragua de Ignacio Hierro en Villanueva de Puerta.
El pueblo se auto abastecía de productos de primera necesidad como era la leche, queso, huevos, carne de cerdo, etc. El pan se hacía en los hornos del pueblo y el pescado (sardinas y chicharros) los traía un vendedor ambulante de Tardajos que se desplazaba en moto. En época de matanza venían vendedores ambulantes conocidos como los pimentoneros (Paco y Pepe).
A Villadiego se desplazaban para hacer compras grandes (alimentación, ropa, farmacia, etc).
El 16 de septiembre, festividad de La Piedad, celebraban los carrascos (apodo por el que se conocía a los habitantes de Icedo) sus fiestas patronales. Acudía gente de Fuencivil, de Villanueva de Puerta, de Boada de Villadiego, de Coculina entre otros pueblos.
Empezaba con una diana y un pasacalle, donde se obsequiaba en las casas con pastas y una copita de orujo de la época. Misa y procesión por la mañana, baile por la tarde y por la noche verbena. Cada familia solía matar una oveja para estas fechas.
Elías y Pablo con caja y dulzaina eran los músicos encargados de animar el baile que se realizaba en una era junto a la fuente. Posteriormente venia de Aguilar de Campoo (Palencia) El Chato y compañía- padre a la batería, la hija con el acordeón y un amigo de la hija como cantante a capela-. Otros músicos que se recuerdan eran los procedentes de Susinos conocidos como ¨El Talegas y El Costales¨.
Los domingos y festivos se entretenían jugando a fútbol, bolos, frontón- para lo cual se utilizaba la pared trasera de la iglesia- y la barra, juego que consistía en lanzar una barra de hierro de 70 centímetros con una punta plana y otra con punta de puntero. Se lanzaba como una jabalina y siempre tenía que caer por la punta plana y ganaba el trofeo quien más lejos la mandaba (el premio generalmente era un pollo, un cordero o una botella de coñac). Se competía entre pueblos.
Llegaron a conocer la luz eléctrica, pero solo la última familia que quedó en Icedo, los demás ya se habían marchado cuando se instaló esta modernidad que sustituía a los candiles y las velas utilizados durante años.
Ultima familia que fue el matrimonio formado por Delfín González y Concepción Alonso, que después de llevar doce años viviendo solos, en 1975 decidieron cerrar su casa para siempre. Con su marcha se terminó el ciclo de vida humana en Icedo.
Al País Vasco y a Burgos se habían ido marchando anteriormente los carrascos, debido al aislamiento que padecían, a la falta de servicios y al número elevado de componentes en algunas familias que hacía que no hubiera trabajo para todos en una tierra con pocos recursos.
Informante: Antiguo vecino de Icedo (Contacto por correo electrónico a través de un hijo suyo).
Visita realizada en enero de 2013.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Vista de Icedo llegando por el camino de Quintanilla la Presa.
Entrando en Icedo, transformador de la luz.
La última casa que se cerró en Icedo.
La otra casa que todavía es reconocible en el pueblo, no por mucho tiempo.
Las demás viviendas ya no dejan intuir como podía ser su antigua fisonomía.
San Adrián de Icedo.
Interior de la iglesia. Altar mayor. Entrada a la sacristía.
Nave central de la parroquial. Tumbas saqueadas.
La depauperada imagen de Icedo vista desde la puerta de la iglesia. Ningún parecido con lo que se vería antaño.
La preciosa fuente de Icedo.
Estuve en este pueblo hará año y medio más o menos, y, lo que más me llamó la atención, fueron las pinturas que hay según entras en la iglesia, en la parte superior, que aun las dura la policromía. Otra cosa que me llamó mucho la atención fue que al salir de la iglesia, unos dos o tres metros más hacia adelante,hay una serie de hoyos seguidos, que, sinceramente, no sé qué sería eso.
ResponderEliminarAun siguen estando alli las pinturas que comentas sobre los arcos de las bovedas de las capillas laterales, no se hasta cuando, de los agujeros que comentas no te puedo decir porque no recuerdo haberlos visto.
EliminarGracias por tu comentario.
Saludos.
Gran reportaje aunque el pueblo está hecho una pena, las viviendas estan muy mal, parece que la iglesia es la única que salva el tipo minimamente.
ResponderEliminarYa veo que el saqueo de las tumbas no es exclusivo de Huesca, hay gente sin escrupulos en todos los lados.
Un saludo amigo Faustino.
Si es verdad, Icedo va camino de la nada, la iglesia va a ser el único edificio que perdurara con los años, pero parte del techo ya se ha hundido.
EliminarEl saqueo de tumbas forma parte del expolio y el expolio fue un cáncer que afectó a toda la despoblación en España. Las aves de rapiña han hecho autenticas barbaridades (y siguen haciendo).
Saludos Cristian.
Seguro que ellos disfrutaban más con su puchero de garbanzos, y el repollo de berza, que nosotros con todo lo que tenemos ahora.
ResponderEliminarYo lo que añoro, es la vida que antes se tenía en los pueblos, se que era muy duro para ellos. Yo he vivido sin agua y sin luz de pequeña, pero era de capricho, mis padres construyeron un "chalet" en un lugar en donde todavía no habían esas instalaciones. Pero nos lo pasábamos tan bien, compartiendo todo con los vecinos.
Saludos
Referente a los hoyos comentaré algo en los dias siguientes,soy hijo del pueblo y mi padre sabe algo del tema.Yo se algo pero muy poco,me contará algo este fin de semana. Saludos:Javier
ResponderEliminarHola, tu padre es Delfín?
EliminarIcedo es un lugar maravilloso. Yo lo visito habitualmente y tiene una magia muy especial. Esos farallones de piedra son indescriptibles. Carlos lopez esta repoblando la zona con nogales. Dentro de unos años sus arboles. Arroparan sus laderas. Y seran abrigo y sombra para sus visitantes. Este es mi omenage para gente como el. Quedan muy pocos.
ResponderEliminarLos hoyos que comentais , son tumbas descubiertas hace años arando la finca.
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