El Rul (Castellón)

Situada sobre una loma por encima del barranco de Santa Ana se encuentra la bonita aldea de El Rul, una de las numerosas masías que componían el término municipal de Zucaina.
Doce viviendas llegaron a componer la aldea.
Nunca llegó la luz eléctrica ni el agua hasta las casas de El Rul.
Zucaina, su cabecera municipal se encontraba a algo más de una hora de camino.
Sus tierras de cultivo estaban sembradas de trigo, cebada y patatas principalmente.
Llevaban a moler el grano indistintamente a Zucaina y a San Vicente.
La oveja era el animal de referencia en lo que a la ganadería se refiere.

Acudían a los oficios religiosos (misa dominical, bodas, bautizos, defunciones) a la iglesia de Zucaina y también se desplazaban hasta el ermitorio de Santa Ana.
A Santa Ana acudían los niños a la escuela que allí había, hasta que años más tarde hicieron una escuela en la masía La Pedriza para las masías de la Partida de Arriba y que no tuvieran que hacer desplazamientos diarios tan largos hasta Santa Ana.
El médico venía desde Zucaina cuando la situación era muy grave, lo normal es que fuera el enfermo al pueblo a ser visto por el doctor.
Se desplazaban hasta Zucaina para realizar compras, ocasión que aprovechaba cualquier vecino para coger la correspondencia y llevarla a la vuelta hasta El Rul.
Algunos vendedores ambulantes aparecían por la masía como era el caso de Joaquín el botiguero de Zucaina, una señora a la que llamaban la jabonera procedente de Llucena y algún vendedor de Castillo de Villamalefa vendiendo albarcas y ropa.
Hacían desplazamientos más largos de dos días hasta los pueblos de la Serra d´Espadà a comprar aceite, ya que estos pueblos eran buenos productores de ello, como era el caso de Algimia de Almonacid.

"A veces intercambiábamos productos de los que carecíamos con otros que aquí teníamos de manera más abundante. Así llevábamos trigo y patatas y lo cambiábamos por aceite en Higueras o en Pavias". MARCELINO BOU.

Cuando tenían que hacer algún desplazamiento a la capital, salían al cruce de la carretera a las 7 de la mañana para coger el coche de línea; el Hispano-Americano que hacía el recorrido Cortes de Arenoso-Castellón.

Como en todas las masías, los carnavales era la única fiesta que realizaban en la aldea, duraban tres días y el segundo de ellos se celebraba un animado bureo (baile masovero).
Además bajaban el día 1 de mayo a la ermita de Santa Ana, patrona de Zucaina, donde se realizaba una misa y una comida campestre, para a continuación regresar a sus casas.

"Los de El Rul y las otras masías de la Partida de Arriba teníamos por costumbre al volver de Santa Ana parar en la masía Azareto donde echábamos unos tragos de vino y hacíamos un poco de baile antes de volver a casa" MARCELINO BOU.

También acudían, pero en menor medida el día 24 de agosto al ermitorio de San Bartolomé en termino de Villahermosa del Rio.

La vida en El Rul a pesar de vivir en buena armonía era dura. La falta de servicios básicos, la lejanía de Zucaina, los malos accesos y las ganas de buscar una mejor calidad de vida hizo que en las décadas de los 50 y 60 se fuera produciendo el lento goteo de la emigración. La mayoría de los vecinos se marcharon a Barcelona y a Castellón.
Marcelino Bou y Rosa Guillamón fueron los últimos de El Rul. Cerraron la puerta de su casa en 1972 y se marcharon a San Vicente.

"Era muy triste ya la vida aquí, mi marido todo el día fuera trabajando y los hijos internos en Zucaina, por lo que estaba todo el día sola, no veías a nadie.  En El Cañuelo y en La Pedriza se habían marchado todos, no venían ya vendedores ni nadie por aquí, y además si se ponía alguno de los niños enfermo te tocaba llevarlo cargado a la espalda al médico a Zucaina, y así durante una hora de trayecto. Te daba pesar por las fincas dejarlas abandonadas, pero ya no era plan estar allí más tiempo solos". ROSA GUILLAMÓN.

Informantes: Marcelino Bou y Rosa Guillamón, el último matrimonio que habitó la masía de El Rul (Conversación personal mantenida en la plaza de San Vicente).

PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Visitas realizadas en mayo de 1998 y en julio de 2012.


El Rul en 1998.




Entrando a El Rul.




Calle de El Rul.




La misma calle en otro ángulo.




Vivienda.




Vivienda y puerta de acceso al patio.




Precioso encuadre, el horno comunitario en primer plano y por detrás la casa del tío Peporro (izquierda) y la del tío Celestino (derecha).



La casa del tío Peporro.




La última casa que se cerró en El Rul. Paradójicamente es la única de toda la aldea que se ha venido abajo.



Casa Venta, solitaria, situada unos metros por debajo del núcleo principal.



Las traseras de las viviendas asomadas al borde de la loma.




Una de las tres eras de trillar que había en la masía.

27 comentarios:

  1. Que difícil es volver a un pueblo muerto y sin embargo es una labor muy gratificante para ti, muy importante para todos y sobre todo así recordamos de dónde venimos. Gracias.

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    1. Totalmente gratificante para mi, amiga Angelines, y entre todos no podemos dejar que todo este pasado tan reciente se vaya a si sin más por el tunel del olvido.
      Saludos.

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  2. Hola, me ha gustado bastante el reportaje. Sobrecogedora la historia de los últimos habitantes del pueblo antes de que éste quedara finalmente abandonado.
    Saludos desde Lanzarote.

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    1. Gracias Alegolu por ser tan asidua en tus comentarios. Efectivamente es sobrecogedora la narración de los últimos vecinos y si se lo oyes contar personalmente mucho más.
      Saludos.

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  3. Buen reportaje y muy bien documentado.
    Desplazamientos de dos días para comprar aceite o intercmbiar productor, bufff, durísima la vida. Ahora tenemos todo demasiado facil y aun asi nunca estamos contentos.
    Un saludo Faustino.

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    1. Era dura la vida para todo amigo Cristian, ya solo sobrevivir en los lugares que estaban estos pueblos tenia mucho merito. Por lo que tenemos que admirar y valorar a esta gente que tantas lecciones nos podrian dar de todo.
      Lo que comentas de la vida actual, sin comentarios,sobran palabras.
      Saludos.

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  4. En mi opinión, aunque la vida era muy dura en aquellos tiempos, pienso que posiblemente eran más felices que muchos de nosotros.
    Me has hecho recordar cuando era yo pequeña. Teníamos un "chalet" así le llamábamos a pesar de que no tenía ni agua potable ni luz, y me madre nos mandaba a una "masia" a mis hermanos y a mí, a comprar pavías, cada vez que las veo en el mercado lo recuerdo. Nos pasábamos toda la mañana para traer unos cuantos kilos
    Tengo que decir, que para nosotros aquello era muy divertido y nos encantaba

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    1. Eso ni lo dudes, que eran más felices que nosotros ocn lo poco que tenian, a más dureza de vida más felicidad y ahora a más comodidad menos felicidad, por no hablar de la buena armonia que habia entre los vecinos, que se ayudaban entre todos cuando surgia alguna desgracia y ahora no sabes ni siquiera como se llama el vecino de la puerta de al lado.
      Saludos.

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  5. Buen trabajo, yo nací en El Cañuelo hace 52 años, muy cerca de esta masia , en 1971 nos fuimos a Barcelona y si es muy triste volver. Aunque discrepo un poco de algunos comentarios, vivir en tan duras condiciones dista de ser idílico, de lo contrario no hubiésemos emigrado. Vivir sin luz eléctrica ni agua, tener que andar 30 minutos para coger el autobús a la escuela , lloviera o nevara no es muy gratificante. Lo recuerdo con cariño y siempre será mi casa pero vivo mejor ahora.

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    1. Gracias por tu comentario amigo José Manuel. Totalmente de acuerdo con lo que comentas sobre la dureza de la vida en estas masías. Una cosa es verlas nosotros ahora y otra muy distinta era vivir en ellas. Tuve ocasión también de conocer la masía de El Cañuelo el mismo día que El Rul, parece que esta recobrando minimamente algo de vida. ¿ No sé en cual de los dos barrios vivirías si en el de arriba o en el de abajo ?
      Ponte en contacto conmigo si quieres por correo electrónico y hablamos sobre El Cañuelo.
      Saludos.

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  6. Saludos desde Marbella. he encontrado tu pagina y la estoy leyendo poco a poco y es muy interesante lo que escribes de los pueblos deshabitados . la verdad que es un trabajo muy bien hecho a ver si encuentras algo por aqui abajo como deciamos los andaluces , bueno lo dicho saludos

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    1. Todo se andará amigo marbelli, en Malaga precisamente no es que haya muchos núcleos deshabitados, si hay más en Granada y en Jaen, de momento ahí tienes los de Almeria y mientras sigue disfrutando con las historias de los que ya hay publicados que son muy bonitas.
      Gracias por tu comentario.
      Saludos.

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  7. hola!!!

    muy bonito el reportaje!!
    me a sorprendido al encontrarme con esta pagina por casualidad y mas aun al ver aquí los nombres de mis abuelos las ultimas personas que abitaron el mas de Rul. Marcelino y Rosa!!!

    un saludo!!!

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    1. Pues mira por donde te has llevado una buena sorpresa.
      Dales un saludo de mi parte a tus abuelos, estuve hablando con ellos el verano pasado a la puerta de su casa. Estuvieron encantadores y amables conmigo.
      Me alegra que te haya gustado el reportaje Esther.
      Saludos.

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  8. Muy interesante reportaje que he encontrado por casualidad. Aunque no soy de Castellón sino de Teruel, vivo en esta provincia cincuenta y tantos años y me la conozco bastante bien. Sin embargo, y pese a que he ido infinidad de veces a Villahermosa, El Castillo, Zucaina, Cortes, etc., nunca había oido hablar de este enclave. Me transporta a la infancia e incluso a la actualidad al ver tanto pueblo abandonado o en trance de ello y que, sin embargo, un dia tuvieron vida y dieron trabajo y alimento a tanta gente "autónoma", como me decía un día un señor, queriendome decir que eran autosuficientes, pues todo lo producían, o lo intercambiaban en el trueque y conocían en mayor o menor medida casi todos los oficios. Una delicia. Un recreo para la mente.
    Enhorabuena por el reportaje.
    Manuel.

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    1. Has definido muy bien con tu comentario como era el modo de vida de antaño, ellos se lo guisaban y ellos se lo comían. Tenemos mucho que aprender de ello las generaciones que vamos detrás. Es digno de admirar y aquí no nos queda otra que reconocer y valorar ampliamente esta manera de vivir.
      Visitando estos pueblos y dejando volar la imaginación tienes el cóctel perfecto para retrotraerte hacia atrás.
      Por esa zona que nombras de Zucaina y Villahermosa tienes infinidad de aldeas y masías donde se puede experimentar estas sensaciones.
      Gracias por dejar tu comentario Manuel.
      Saludos.

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  9. Hola Faustino,te escribo estas lineas para agradecerte que gracias a tu blog,pude visitar estas vacaciones la pequeña pero bonita masía del Rul,la verdad es que quedé gratamente impresionado al ver el relativo buén estado de consevación así como algunos utensilios y aperos del pasado que aún se encuentran en algunas viviendas y espero que por mucho tiempo,pués nada,como siempre darte las gracias por tan buén trabajo y animarte a seguir así,,un abrazo,Roberto

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    1. Tiene muchísimo encanto esta masía, es pequeña pero muy coqueta. Su aislamiento y el estar en una zona de poca afluencia de visitantes hace que se conserve todavía en buen estado. Yo la visité por primera vez en los años 90 y como me gustó tanto la he visitado recientemente con vistas a hacer este reportaje para el blog.
      Pues nada Roberto me alegra saber que aparte de tus actividades veraniegas habituales has seguido dedicando tiempo a la despoblación que tanto nos engancha.
      En pocos días seguiré con el ritmo habitual del blog y próximamente habrá espacio para otra masía castellonense.
      Un abrazo.

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  10. Yo soy Joan y vivo en Vila-real, mi suegro en paz descanse se llamaba Rufino y era hijo de Celestino. Eran 5 hermanos, 2 mujeres y 3 varones. Una de las mujeres fue a vivir a Barcelona y los otros 4 vivieron en Vila-real. En estos momentos (02/12/2015) sólo vive la que reside en Barcelona. Ha sido un placer el que compartas con nosotros tus vivencias. Muchas gracias

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  11. Cuantos recuerdos de mi infancia en la masía.cuantas vacaciones escolares,en casa del tío Vicente y la tía nieves y el primo Vicentico.que habrá sido de el?. que buenos momentos trillando en la era.bajar a la Rambla con los machos ir a guardar ovejas con el manuel,recoger el espliego.recuerdo perfectamente al marcelino y a la rosa, cuando eran jóvenes y al tío andelino y a la madre del manuel.en fin,montones de vivencias en el mas de rul.

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  12. Mis abuelos vivían en la Masía La Pedriza, a 1 km.del Rul, se llamaban Ramon y Nieves, mi hermano y yo íbamos a jugar con los hijos de Marcelino y Rosa, Marcelino y Jose Antonio, me cuentan mis padres que en el Rul llegaron a vivir mas de 50 personas, era una vida muy dura, mis abuelos estuvieron en la masía hasta 1977, gratos recuerdos de mi infancia.

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    1. Bonito y nostálgico comentario sobre un tiempo pasado donde la vida era más dura pero todo se veía de otro color y más viéndolo a través de los ojos de un niño.
      Manuel, ¿por casualidad sabes cual es el primer apellido de Marcelino y Rosa?
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un cordial saludo.

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    2. Marcelino Bou y Rosa Guillamon

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  13. Soy Francisco escoda saura, mi abuelo severino saura sire nació en el mad del rull,después vivió en zucaina

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  14. Muy bonito el reportaje que he encontrado por casualidad. Yo nací en el más de rul. En una casa que hay más abajo al pie de la montaña. Viví allí hasta los 6 años. Mis abuelos Lucía y Miguel. Y mis padres Manuel y Teresa... bebia leche de cabra recién ordeñada y subía en los machos y lavaba con mi abuela en la balsa.... alguna vez sin voy y me da mucha tristeza ver la casa me dio en ruinas. Muchas gracias

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  15. Muchas gracias, Faustino por tu reportaje, que he encontrado casualmente. Mi padre, Zucaina, se ha ilusionado cuando se lo he leido, porque recuerda al tío Marcelino, José y otros habitantes del Mas de Rul. Me ha hecho ilusión comprobar que tenía un tocayo allí, un tal Celestino!!!!

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