Portocarrero es una aldea abandonada situada en la solana de un cerro al comienzo de la Rambla de Gérgal. Rambla que siempre llevó agua en su cauce, imprescindible para las aldeas, cortijos y molinos que había en su ribera pero que hoy está completamente seca.
Anejo de Gérgal, esta aldea situada a 1040 metros de altitud llegó a contar con más de treinta viviendas, hoy día muy deterioradas y vencidas por el paso del tiempo.
Las cabras y las ovejas eran el sustento primordial en la economía de cada casa.
Sus tierras de cultivo estaban sembradas de patatas, garbanzos, trigo, cebada, olivos y almendros.
Para moler el grano lo hacían en cualquiera de los molinos harineros que había en la rambla de Gérgal.
Para extraer el aceite de las olivas acudían a la almazara de Las Aneas o a alguna de las que había en Gérgal.
La mayoría de las casas tenían su horno para hacer el pan.
Nunca llegó la luz eléctrica a Portocarrero.
Población que sabe bien de la dureza de la vida de antaño en que los inviernos solía dejar a Portocarrero dos o tres días aislados por la nieve, de cómo algunos vecinos se levantaban a las cuatro de la mañana para hacer un trayecto de tres horas diarias andando por la sierra para ir a trabajar a las minas de hierro de Las Menas en Serón, mientras las mujeres les tocaba atender la casa, los niños, los animales y los huertos o las tareas extras que realizaban algunos vecinos dedicándose a la recogida del esparto para ayudar en la economía familiar.
Llegada la época de la matanza (a partir de noviembre) eran días de gran ajetreo y de armonía familiar y de vecindad donde se ayudaban unos a otros en los preparativos y en el posterior ritual del sacrificio del animal.
A los niños les tocaba acudir a la escuela de El Almendral.
El médico venia en casos extremos desde Gérgal, desde donde también acudía el cartero.
Carecían de fiesta patronal pero la juventud acudía en buen número a participar de las fiestas patronales de Gérgal, las de San Sebastián en enero y las de la Virgen del Carmen en septiembre. Tampoco faltaban a las fiestas de algunos anejos cercanos como eran las de El Almendral en abril o la de Las Aneas en mayo.
Se desplazaban a Gérgal a realizar compras debido a que en el pueblo había varias tiendas de comestibles. Se abastecían de vino, azúcar, arroz, café...
Tenían buena fama los exquisitos quesos de cabra que se hacían en la aldea y que se vendían a un vendedor ambulante que venía desde Las Alcubillas. También con otros vendedores ambulantes se hacía intercambio de patatas y garbanzos por naranjas y otras frutas que allí no tenían.
Estaban bien abastecidos de agua, pues había tres fuentes en las inmediaciones de Portocarrero, pero la falta de más servicios básicos y las malas comunicaciones, unido al poco futuro que había en el campo hicieron a los vecinos marchar del pueblo en los años 60 y 70 quedándose algunos en Gérgal y marchando otros hacia Barcelona, lugar preferido de emigración de los almerienses, en busca de la emergente industria que aquellos años se daba en la ciudad condal.
Informantes:
-Pastor de ganado (Conversación personal mantenida en las inmediaciones de Portocarrero).
-Vecino de El Almendral (Conversación personal mantenida a la puerta de su casa).
-Vecinos de Gérgal (Conversación personal multiple mantenida en una plaza del pueblo).
Visita realizada en septiembre de 2010.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Vista parcial del pueblo. Interesante conjunto de arquitectura popular, donde se ven las construcciones típicas de la sierra de los Filabres con las paredes de piedra y los tejados con lajas o aleros de pizarra.
Vista de Portocarrero desde las eras.
Calle de entrada por el antiguo camino de Gérgal.
Una de las principales calles de la aldea en sentido ascendente.
La misma calle en sentido descendente.
Viviendas.
Confluencia de calles.
Vivienda con sus construcciones auxiliares.
Construcciones en ruinas y calles invadidas por la maleza que aportan atmósferas sugestivas del modo de vida en la sierra años atrás.
Calle de Portocarrero.
Enfrente de Portocarrero, al otro lado de la rambla se divisan las ruinas de un molino y una vivienda adyacente. Hasta cuatro molinos harineros llegó a haber en las cercanías de Portocarrero y nueve en toda la rambla de Gérgal.
Molino de Luis Rita.
Portocarrero visto desde el molino.
Mas de treinta viviendas, ya es un pueblo a tener en cuenta, la verdad es que es una pena, tuvo que ser un pueblo muy bonito,salta a la vista.
ResponderEliminarMuchas gracias Faustino, me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Cristian.
Gracias Faustino, como decia un banderillero a su torero, "maestro habemos gentes pa tó", pues eso digo yo tu afición es increible, en cierta ocasión vi un blog o web de un tipo en que hacia lo mismo pero en Japón, islas y lugares abandonados, tambien en rusia... asi que hay mas gente pa tó....Este pueblo de Almería iré a visitarlo este finde, estoy muy interesado en la piedra seca, y este pueblo esta muy muy cerca de Los Millares el yacimiento que da nombre a la cultura protohistorica, asi que siempre es interesante ver algo que está tan emparentado con una cultura de hace 2500 años a de C. Ya te comentaré y te envio fotos actualizadas, un saludo y gracias por mostrarnos algo tan bello dentro de la tristeza de su abandono.
ResponderEliminargracias por el blog, me ha encantado todo lo que he visto, y con ganas empezare a visitarlos yo.
ResponderEliminarun abrazo
Qué bonito lugar, compañero!!! Esto si que es un ejemplo ilustrativo de la arquitectura popular. Por cierto, la Casa de los Portocarrero fue importante en la historia del pueblo de Moguer (HUelva), no sé si tendrá algo que ver con el nombre de este pueblo.
ResponderEliminarPrecioso lugar amigo Malatao, hasta el dia que se caiga la ultima piedra Portocarrero va a ser un pueblo de una belleza excepcional.
EliminarEn cuanto a la casa de los Portocarrero de Moguer no te puedo responder si tiene alguna relación con esta aldea.
Saludos.
Gracias Faustino por estos reportajes maravillosos recordando esos tiempos pasados aunque no muy lejanos.
ResponderEliminarDe Portocarrero lo visite en el año 2009 porque me habían comentado en Gergal que algunas de sus calles el suelo estaba empedrado con piedras finas y era una preciosidad pero como se puede ver en las fotografías las calles están bastante enterradas y no pude ver nada, espero que algún día lo recuperen y se pueda ver su encanto.
Saludos.
Antonio Carreño.
El paso del tiempo no perdona Antonio, en algunos casos va demasiado acelerado y los edificios y las calles de un año para otro sufren un desgaste tremendo.
EliminarNo sabía nada del suelo empedrado con piedras finas de las calles de Portocarrero.
Gracias por dejar tu comentario.
Saludos.
yo estuve este verano en el mes de agosto y es verdad hay una calle donde se nota el suelo de piedra , pero es una lastima ya estan todas las casas casi en el suelo
ResponderEliminarESTUBE EN MES DE SEPTIEMBRE Y PUDE OBSERVAR QUE SI SE NOTA UNA CALLE CON EL SUELO EMPEDRADO DE LA MISMA PIEDRA DE LOS TEJADOS QUE ALLI ABUNDA MUCHO ,FAUSTINO ME ENCANTA EL BLOC QUE TIENES CON MUY BUENAS FOTOGRAFIAS Y MUY BIEN DETALLADO ,ENORABUENA POR EL TRABAJO UN SALUDO ,PERO SI ESTA PRACTICAMENTE PORTOCARRERO YA CASI TODO EN EL SUELO ,LUEGO LA ENTRADA POR LA RASMBLA ESTA MUY MAL PORQUE HAN METIDO ATRAVES DE ELLA UNAS TUBERIAS Y ME PASE DE LARGO HASTA QUE DI CON LA ALDEA .UN ABRAZO FAUSTINO POR EL BUEN TRABAJO QUE ESTAS REALIZANDO
ResponderEliminarTriste noticia me das de que Portocarrero esté ya prácticamente en el suelo por entero. El implacable tiempo no perdona. Lastima de arquitectura tradicional tan maravillosa como la que se da aquí que se pierde.
EliminarEs muy fácil pasarse de largo si vas por la rambla y no ver la aldea, hay que salirse de ella antes para coger el camino que lleva directo a Portocarrero.
Bueno que le vamos a hacer, los que nos gusta esto ya sabemos que es el sino que llevan estos pueblos, ir deteriorándose cada vez más hasta agonizar por completo.
Muchas gracias por dejar tu comentario y por tus felicitaciones. Me alegra mucho que te guste la pagina.
Un abrazo Jose.
Gracias Faustino por recuperar la historia de antiguos pueblos o aldeas y no dejar que el paso del tiempo haga olvidar lo que antaño tubo vida. En mi caso, hoy que estaba buscando historia de donde vivía mi familia, al encontrar este blog hablando de Portocarrero y ver tus fantásticas fotografías, me ha tocado hondo. Mi familia procede de ahí, incluso el molino de Luis Rita, era propiedad de mi bisabuelo. Yo lo visité en varias ocasiones con mis padres y tengo en la memoria muchos recuerdos que mi familia me ha explicado. Ver ese lugar de nuevo ha sido un bonito regalo.
ResponderEliminarPreciosa pero ya derrotada esta aldea de Portocarrero, lo menos que se puede hacer por este y otros lugares es no permitir que su memoria caiga en el olvido.
EliminarTu también en cierto modo contribuyes a ello haciendo este comentario y mencionando la procedencia de tu familia.
Seguro que serán recuerdos muy agradables los que escuchaste de tus antepasados, a pesar de la dureza de la vida en estas tierras olvidadas.
Ello y las visitas periódicas a Portocarrero son tu vinculo con el lugar donde están parte de tus raíces.
¡Que lastima no haber podido ver el molino en pie!
Gracias por dejar tu comentario.
Saludos.
Muchas gracias Faustino por el magnífico reportaje.
ResponderEliminarNo hay de que. Me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos
Como decís la única manera de no olvidar es recordarlo. Mi padre y mi abuela nacieron allí. Mi bisabuelo tenía un Molino Harinero (el Molino de Matías)...espero poder visitarlo pronto y que no caiga en el olvido. E. López Asensio
ResponderEliminarHola mi visabuelo era Matías el Molinero quien eres tu de la família?
EliminarHe estado hoy allí,casi nada en pie,de los arboles frondosos de las fotos no queda nada. Lo mejor conservado,las eras,la acequia,y lo que parecía un palomar
ResponderEliminarEstuve en Portocarrero antes de ayer después de dos años sin pasar. Se aprecia que las últimas lluvias han hecho mella en muchos muros y forjados de cubiertas, hay bastante mas derrumbe de ambos. El agua ha sacado a la luz algunas zonas del empedrado original en alguna porción calle. Es curioso, parece que los muros exteriores nunca estuvieron guarnecidos con mortero de cal ni blanqueados. En su época de prosperidad, el mimetismo de la aldea con el entorno de la ladera de solana tenía que ser maravilloso.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, en la novela negra del lorquino Agustin Martínez la acción se desarrolla en un cortijo de este pueblito, pensaba que no existía...os recomiendo esta lectura
ResponderEliminarSeñor Faustini. Muchas gracias por aclararme ese enigma que llevaba por dentro durante casi 20 años, cuando desde el tren observaba lo que parecia una pequeña pero hermosa aldea en sus mejores tiempos. Pense que podia haber ocurrido una gran tragedia y que sus habitantes la hubieran abandonado de manera apresurada. !Que pena salir todo un pueblo en desbandada dejando atras tantos recuerdos!
ResponderEliminarEstoy leyendo La mala hierba de Agustín Martínez (por cierto estupenda) y buscando la localización me he encontrado con tus fotografías. Gracias
ResponderEliminarHola Faustino, vivo en Almería y gracias a tu blog visitamos Porto Carrero, ya convertido en ruinas, El Almendral y ya conocíamos Las Alcubillas Altas y Bajas. Admiradores de como vivían, del pasado y muy evocadores de otro tiempo.
ResponderEliminarGracias por tu blog. También te sigo en Facebook. Sería posible tener la foto primera?
Un cordial saludo
Hola M Ángeles.
EliminarEs una lastima el imparable camino hacia la rutina total que lleva esta bonita aldea de Portocarrero.
En la provincia de Almería tenéis un buen número de aldeas despobladas para visitar. Así que tenéis excursiones para un tiempo.
Respecto a la foto que me solicitas imagino que te refieres a la primera de Portocarrero, la que tiene la vista panorámica de la aldea.
Escríbeme si quieres al correo electrónico que hay en la columna de la derecha y te la envío a mayor resolución y sin la marca de agua.
Un cordial saludo.