Situada en una hondonada que forma el río de La Cuba se encuentra esta población de una belleza primorosa perteneciente al municipio de Portell de Morella.
Dos calles paralelas componían su trazado urbano donde se englobaban una buena parte de la docena de viviendas que llegó a contar en sus tiempos.
Cada casa tenía su horno pero con el tiempo dejó de hacerse el pan en ellos y se iba comprar a Portell. Se hacía pan cada quince días, alrededor de veinte panes.
Nunca llegó la luz eléctrica a Las Albaredas.
"Cuando yo era pequeña usábamos quinqués y más tarde lámparas de camping gas, lo cual fue ya un gran avance. Si había que salir de noche a las cuadras o a la casa de algún vecino llevábamos linternas". MAXIMINA MARTÍ.
Era un terreno poco aprovechable para la agricultura. El trigo y la cebada ocupaba la mayor parte de los campos cultivados. Se iba a moler el grano a Portell.
Las ovejas eran mayoría en la ganadería, aunque también había un buen numero de ganado porcino.
"Todas las casas tenían ovejas y cabras, unas en mayor número que otras. Nosotros no teníamos mucho. Mi padre fue unos cuantos años con Simón a trabajar a las canteras de talco en Francia, allí se pasaban medio año, iban gentes de Portell también. Con el dinero ganado mis padres lo invirtieron en hacer la granja para los cerdos". MAXIMINA MARTÍ.
"Se vendían los jamones en Portell para pagar los cerdos que previamente se habían comprado". VALERIANO MARTÍ.
Se usaba leña de carrasca para calentar la lumbre mientras que para la comida contaban con cocina de gas butano.
Para lavar la ropa las mujeres acudían al río o a alguna balsa de los huertos. En lo más crudo del invierno había que romper el hielo para que pudieran realizar esta tarea.
Para hacer compras iban a Portell pero si era cosa de ropa o zapatos se desplazaban hasta Morella, para lo cual tenían que salir de casa a las cinco de la mañana y hacer una hora de trayecto hasta la carretera puesto que el coche de línea pasaba a las seis de la mañana. En Morella ya se podía enlazar si se quería ir a Castellón o Vinaroz.
El vino se iba a comprar a Portell o a La Cuba.
"Venía el huevatero de La Cuba (Teruel), que con sus caballerías recorría todas las aldeas y masías vendiendo todo tipo de productos que no hubiera en las casas (jabón, lejía, sardinas, bacalao, etc.) y a su vez compraba huevos, pollos y gallinas a los vecinos". HUMILDAD PALLARÉS.
"De La Cuba venía un vendedor ambulante con una caballería en la cual llevaba unos cajones con toda la mercancía (latas de conserva, galletas, arroz, etc), más tarde venía con una furgoneta y ya traía más variedad, incluso fruta.
Desde Portell llegaba Manuel Vinaixa que traía sardinas frescas en una caballería y desde Ares venía uno con una furgoneta que vendía ropa". MAXIMINA MARTÍ.
" De La Cuba venía José Valero (Molina) con una caballería. Traía arroz, fideos, aguardiente, etc. A su vez compraba huevos, conejos, pieles de cordero.
De Portell venían varios como eran Daniel Mestre, Solera, Vinaixa o Justo. Traían un poco de todo y algunos ropa.
De La Mata venía Perot vendiendo ropa.
El aceite y el vino lo traíamos de Portell. A Morella íbamos para comprar ropa o a gestionar asuntos de dinero al banco. Había que levantarse a las cuatro de la mañana para coger el coche de linea que pasaba por la carretera".
VALERIANO MARTÍ.
Para moler el grano se traía un molino portátil que funcionaba con el tractor, solamente era para moler el grano destinado a comida para los animales.
Barranco el Molino
El Bancal de la Senda
El Carrascal de la Peña
El Carrascal de las Monjas
El Freginal
El Huerto Campana
El Huerto Josa
El Mallol
El Mesón
El Molino de Arnés
El Tancao
La Fuente el Carrascalico
La Solaneta
La Sortanaza
La Umbría
Las Largueras
Los Parralicos
Morrón de la Cogullada
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Las Albaredas que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
La ermita solo se abría para las dos fiestas que allí se celebraban.
Se aprovechaba para realizar las comuniones el día de San Marcos.
Para escuchar misa dominical, bautizos, bodas o entierros había que ir a Portell.
"En festividades señaladas había que ir a misa a Portell. Cuesta arriba, cuesta abajo, una hora yendo rápido. Cuando alguien se moría se cargaba el ataúd en caballerías y se llevaba hasta Portell, luego ya en años posteriores se trasladaban en tractores. Se ponía una sábana blanca en algún sitio concreto y esa era la manera de notificar a los de las masías que alguien había fallecido". MAXIMINA MARTÍ.
La fiesta propia de Les Alberedes era el 16 de junio, dedicada a San Quirico y Santa Julita, donde se hacia una misa y una procesión por las dos calles y se acostumbraba a comer unos deliciosos caracoles con carne de conejo y ajo aceite. Cada familia comía en su casa y luego era costumbre juntarse a tomar café por la tarde, momento en que los mayores aprovechaban para echar unos tragos de vino y hablar de asuntos propios.
Se hacía baile en el salón de la casa de Eliecer y Primitiva con músicos que venían de las masías de Monserrate y La Escriguelica. Baile que se dejó de hacer en los últimos años.
"La fiesta de San Quirico era solo para los de La Albareda. Se hacía una misa y una procesión. Había baile amenizado por diversos músicos como era Fernando de La Marrada, Narciso del molino Piquer o alguno del Mas de Monserrate. Era costumbre echar buenas partidas de guiñote". VALERIANO MARTÍ.
Anteriormente habían celebrado el veinticinco de abril la festividad de San Marcos. Ese día venían los romeros de Portell.
"Venía la gente desde Portell, aquí les esperábamos los de Las Albaredas. Cada año se encargaba un vecino de todos los preparativos. Se celebraba una misa con el cura que venía de Portell, se repartía el bollo bendecido entre todos los asistentes y se realizaba una comida de hermandad entre las gentes de los dos sitios. Se hacía en las casas o bien junto al río. Por la tarde ya se marchaban los romeros para el pueblo y nos quedábamos nosotros terminando la fiesta". FELI CAMAÑES.
"La víspera se hacía una limpieza a fondo de la ermita, se ponían los manteles y las flores, se preparaba el estandarte con el cual había que salir a recibir a los romeros que venían en procesión desde Portell. Alguien estaba pendiente de su llegada y cuando los veía aparecer se bandeaba la campana y salíamos la gente de Las Albaredas detrás de la persona encargada de llevar el estandarte a recibir a la gente. Se hacían el saludo correspondiente y nos íbamos todos juntos hasta la ermita donde se oficiaba la misa.
Los de Portell se traían su comida y la degustaban a orillas del río. Nosotros comíamos cada familia en su casa y ese día se mataba un conejo o un pollo.
De Portell venía uno que ponía un kiosco ambulante de bebidas y algo de pastas, chucherías y algún juguete para los niños.
A las cinco de la tarde se iban los romeros de vuelta para Portell y nos quedábamos ya solo los del barrio, nos juntábamos para cenar y si alguien se animaba a tocar un poco la guitarra hacíamos un poco de baile". MAXIMINA MARTÍ.
"Para San Marcos era todo muy espectacular. Las campanas repicando sin parar cuando llegaban los romeros de Portell y lo mismo cuando se íban por la tarde. Se instalaban kioscos portatiles con bebidas, golosinas, juguetes. Se hacía tiro de ballesta. Venía la guardia civil. La corporación municipal de Portell acudía a comer a casa del alcalde pedaneo. Se hacía baile en las eras.
Recuerdo que al día siguiente los niños íbamos a recoger los envases de las botellas de vino gasificado que se habían bebido el día anterior y que estaban esparcidas por los sitios donde había estado comiendo la gente. Eran muy utilizadas para meter el tomate en conserva". VALERIANO MARTÍ.
Dicha romería se sigue celebrando en la actualidad pero sin ser el veinticinco en la fecha que caiga sino que se desplaza al sábado más próximo.
El uno de mayo íban las gentes de La Albareda y los del Barranco en romería a la ermita del Cid en La Iglesuela. Romería que se perdió cuando fue quedando poca gente.
Días de mucha celebración eran también los del mata cerdo (matanza). En cada casa se mataba uno o dos cerdos.
"De la matanza guardo buenos recuerdos. Unos días antes se iba a comprar rollos, chocolate, higos secos y aguardiente, ¡este era el primer desayuno! Se mataba uno o dos cerdos, dependiendo si eran cerdas de cría que eran mas grandes, en ese caso solo una, entre todos y con el matarife en cabeza se cogía el animal y se mataba. El matarife era de aquí de La Albareda y se llamaba Severiano.
Luego sobre las diez se almorzaba, ya con la primera carne del cerdo, las mujeres unas preparaban la comida y otras limpiaban las tripas, para por la tarde y al día siguiente hacer los embutidos y así se pasaba el día, comiendo en ocasiones unas ricas albóndigas con tomate de la propia carne del cerdo, también de primero sopa, garbanzos o lo que hubiese". MAXIMINA MARTÍ.
El médico residía en Portell. Se llamaba don Vicente Segura, natural de Vallibona. En caso muy grave acudía a Les Alberedes a visitar al enfermo en un seat 600, en caso contrario era este el que iba a consulta al pueblo o bien algún familiar que le comentaba los síntomas al doctor y este recetaba lo que creyera conveniente.
Carlos era el cartero, venía desde Portell en caballería tres días a la semana. Traía también encargos que se le hiciera como podían ser medicamentos.
No había escuela y les tocaba desplazarse hasta la de Casas de San Juan, al otro lado del río, ya en territorio de Teruel.
"Desde La Albareda íbamos cuatro niños en total, nos llevábamos la comida y no volvíamos hasta por la tarde. En invierno comíamos en casa del señor Victoriano que éramos familia y en verano en el porche de la iglesia.
Tardábamos quince o veinte minutos en llegar al Barranco de San Juan, en invierno a veces se complicaba la cosa porque el río llevaba bastante agua y nos tenían que pasar nuestros padres en caballería. Nos íbamos juntando con los de otras masías por el camino y para saber si ya habían pasado poníamos un pequeño mojón de piedras y según ello les esperábamos o no.
En la escuela nos juntábamos alrededor de unos veinticinco niños.
Creo que mi primera maestra fue Mari Carmen Monforte, luego fueron viniendo otras porque algunas no aguantaban todo el año completo. La que más tiempo estuvo fue Montserrat Mayor Gimeno, era de Soria. Recuerdo que cuando tomé la primera comunión la invitamos a comer a casa y me regaló una caja de bombones, una colonia y 50 pesetas ¡anda que no estaba yo contenta ese día! Luego ya vino otra maestra llamada Elena Miguel que me parece que fue la última.
Cada semana dos niños teníamos que llegar media hora antes para encender la estufa y calentar el aula, la leña la traían las familias de forma rotatoria.
Como en invierno hacía mucho frío nos salían sabañones en las manos y la maestra nos ponía en fila para ir poniéndonos crema". MAXIMINA MARTÍ.
"En mis tiempos nos juntábamos alrededor de una treintena de niños en la escuela del Barranco. Desde La Albareda íbamos cuatro.
No faltábamos a clase aunque lloviera o hiciera mal tiempo, y la verdad es que íbamos mal abrigados y con un calzado muy precario. Había veces que nos tenían que pasar el río montado en alguna caballería cuando venía muy crecido. Recuerdo que nos daban leche en polvo de los americanos.
De las maestras la que más tiempo estuvo cuando yo fui era una chica que no tenía la carrera de maestra terminada, sustituía a las que dejaban el curso a la mitad. Esta chica se llamaba Pilar y era del Mas de Capitán, de Cantavieja.
Tuve a una maestra que se llamaba Josefa Barberá, era natural de Algemesí (Valencia). Era muy aficionada a tocar la guitarra. Estuvo viniendo dos o tres años pero solo lo hacía a principio de curso, luego ya no aparecía más, la sustituía Pilar.
Muy buen recuerdo tengo de María Teresa Gómez, era de Castellón, una gran señora, aprendimos bastante con ella. Era la única que vivió en la casa destinada a la maestra.
También me acuerdo de Conchita que era de Zaragoza y Magdalena Pérez, natural de Cuenca. Esta se integró muy bien con la juventud del Barranco, asistía a los bureos.
A todas ellas se les llevaba productos de matanza o pan recién hecho". VALERIANO MARTÍ.
Muy buena relación tuvieron siempre con los de las cercanas Casas de San Juan (Barranco de San Juan como era conocido allí). Había poco más de un kilómetro entre ambos barrios y pese a que eran de provincias y comunidades distintas compartían escuela, fiestas y bailes, además de muchos vínculos de familia y de amistad.
El ser un lugar fronterizo con otra provincia de habla castellana, sus frecuentes contactos con San Juan y con La Cuba (pueblos de Teruel) y la enseñanza escolar en castellano propició que allí no dominara la lengua valenciana entre las conversaciones de vecinos e incluso el nombre del pueblo lo decían siempre en castellano, así lo nombraban siempre como La Albareda o Las Albaredas cuando se escribía cartas.
"En mi casa los domingos desayunábamos con chocolate a la taza casero, la comida era un poco más especial: arroz con pollo o conejo ¡qué rico sabía! Después nos juntábamos con los de Simón que eran familia y tomábamos café.
Los jóvenes en principio se iban a Portell al baile andando y los mayores si no había mucho trabajo en la granja con los cerdos o en la recolección se juntaban en casa de uno o de otro a conversar y jugar al guiñote.
Nosotros cuando nos hicimos mayores ya había quien tenía coche y nos íbamos a Portell a juntarnos con los amigos y desde allí nos íbamos a la discoteca de Forcall". MAXIMINA MARTÍ.
"Los domingos íbamos a Portell que había baile y también si alguno tenía coche nos íbamos hasta Villafranca a la discoteca". VALERIANO MARTÍ.
"Al dejar ya la escuela nos trajimos una máquina para hacer jerséis. empezó Feli y luego su hermana Tomasa. Lina y yo hacíamos las piezas y luego en Portell los cosían los mismos qué nos ponían la máquina. Con el tiempo Lina y yo nos fuimos a trabajar a un hotel en Morella, y después a Villafranca a la Marie Claire, esto ya lo último luego nos casamos y cada una para un sitio, pero la amistad ha seguido y seguirá siempre, casi como hermanas nos hemos criado". MAXIMINA MARTÍ.
La emigración que se estaba dando en toda España en los años 50, 60 y 70 no era ajena en este recóndito lugar aun cuando la despoblación total tardó unos cuantos años más en llegar y no fue hasta la década de los 80 cuando el barrio de Les Alberedes se quedó vacío.
En los últimos años se quedaron reducidas a cinco las casas que había abiertas en el pueblo.
"Daba mucha pena cuando veías pasar a los del Barranco de San Juan y los de las masías con el tractor cargado de muebles y enseres y de ver como cada vez se iban cerrando más casas". MAXIMINA MARTÍ.
La falta de luz eléctrica, las malas comunicaciones y las ganas de buscar un mejor futuro por parte de la gente joven fueron las causas de la marcha de los vecinos, que emigraron principalmente a Portell, Morella y Vinaroz.
"La gente que iba quedando eran todos de la misma edad más o menos y ya tenían pensado marcharse en cuanto les llegara la jubilación. Muchos ya se habían comprado casa en Portell o en otros lugares para estar cerca de los hijos.
En nuestro caso la marcha fue un poco precipitada debido a la enfermedad de mi padre que requería de cuidados y atenciones del médico. Nos llevamos poco mobiliario pues lo habíamos ido comprando con antelación para ir amueblando la nueva casa en Portell, vendimos los animales y nos fuimos para el pueblo en 1985". MAXIMINA MARTÍ.
"Me fuí a Vinaroz porque tenía unos tios allí y me buscaron trabajo. Íba varios fines de semana a La Albareda con un dyane 6 que tenía y también para el mata cerdo". VALERIANO MARTÍ.
El matrimonio formado por Simón Martí y Julia Bayo fueron los últimos en marchar de la aldea, aunque Julia se fue primero a causa de una enfermedad y Simón estuvo dos años viviendo solo hasta que en 1988 se fue para Morella cerrando el ciclo de vida en Les Alberedes.
A partir de aquí, lo de siempre los saqueadores y los vándalos haciendo de las suyas.
"Daba mucha rabia cuando ibas por Las Albaredas y lo veías todo destrozado, entraban en las casas, rompían todo y se llevaban lo que les parecía, eso motivó en parte que nosotros vendiéramos la casa.
Mi amiga Lina optó por dejar la puerta abierta y así por lo menos no la reventaban la puerta y la destrozaban la cerradura, en su casa se llevaron hasta un balcón". MAXIMINA MARTÍ.
"El expolio fue tremendo. Se llevaron trillos, horcas, tinajas, puertas, balcones... todo lo que pudieron". VALERIANO MARTÍ.
Informantes:
-Humildad Pallarés (Conversación personal mantenida en su casa de Portell).
-Feli Camañes (Conversación personal mantenida en su casa de Portell).
-Carmen Maximina Martí (Conversación personal mantenida a través de whatsapp).
-Valeriano Martí (Conversación personal mantenida por vía telefónica).
Visitas realizadas en noviembre de 1996, marzo de 2010 y julio de 2019.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Punto y aparte. Es mi tercera visita a este maravilloso despoblado. Son veintitrés años de diferencia y el tiempo sigue detenido, inmóvil. Nada ha cambiado, bueno si, una casa se ha restaurado y ofrece un soplo de frescura entre tanta vivienda cerrada. Por lo demás todo igual, esa maravillosa e inigualable calle de Abajo por la cual uno se adentra en el corazón de este barrio de Portell sigue igual, de bonita, de triste, de deliciosa, de melancólica. Cuanto trajín en tiempos pasados, de gentes, de animales, de trasiego, de idas y venidas. Ahora el silencio es el dueño del lugar, acompañado como siempre de la soledad.
Llego en mi última visita una tarde veraniega del mes de julio, pero sin una pizca de calor, la tarde es fresquita, incluso las nubes descargan alguna gota de agua y por la parte de Morella se divisan negros nubarrones. Subo a ver la ermita, solitaria, apartada unos cuantos metros de las casas, sigue igual, cuidada con mimo y con esmero por las gentes de Las Albaredas y de Portell en espera de que llegue la festividad de San Marcos para que todo vuelva a recobrar por un día la animación de antaño.
Mi mente me pide enseguida acercarme a saborear esa calle bajera que me tiene enamorado. Viviendas, corrales y cuadras se alinean en hilera sin dejar un resquicio de principio a final. Se va notando el desgaste lógicamente pero siguen firmes, aguantando como pueden. El pico de La Cogullada de frente impone su presencia y se hace notar desde cualquier punto del pueblo. Llego al final de la calle y veo la casa que ha sido rehabilitada. No desentona y se adapta al resto de las construcciones.
Vuelvo para atrás, quiero saborear la calle a la inversa. Hermosa, hermosa, no me puedo decidir por cual de los dos sentidos es más bonita la calle.
Me voy a la calle de Arriba, más corta y más sencilla, pero con mucho encanto también. Subo hasta las casas más altas, desde aquí diviso buena parte de las masías de Cantavieja y también los tejados de las Casas de San Juan. Bajo para abajo, llego hasta el río, el merendero silencioso como casi todo el año, esperando que algún visitante se siente en sus bancos a degustar sus viandas.
El cauce seco y pedregoso del río (así lo he visto las tres veces, solo una vez corría un poco de agua). Lo imagino con agua y dándole vida y frescura al lugar.
Llevo dos horas aquí y no ha aparecido un alma, ni un senderista, ni bicicleta, ni nadie. Únicamente en la estrecha pista de bajada me cruzo con un vehículo todo terreno con un ocupante que ignoro de donde vendría. Solo el viento que azota suavemente las ramas de los árboles pone la banda sonora al lugar.
Veo las casas por su parte trasera, las que dan al río, por aquí están en peor estado.
Cruzo al otro lado y ya estoy en la provincia de Teruel, subo hasta una masía cercana para divisar el pueblo desde allí. Preciosa panorámica. A todo esto el crepúsculo de la noche empieza a hacer su aparición. Tanto que incluso me da tiempo a hacer alguna fotografía nocturna.
Salgo otra vez por la deliciosa e indescriptible calle de Abajo ya con la semi penumbra de la oscuridad presente.
Me voy de Las Albaredas con unas maravillosas sensaciones. De tristeza y belleza a la vez.
Tristeza y belleza una vez más van de la mano.
Puedo decir que he visto por tres veces Les Alberedes, La Albareda o Las Albaredas (de las tres formas suena precioso) y puedo decir que es uno de los pueblos deshabitados más bonitos de España.
Las Albaredas en 1996.
La ermita de Sant Marc.
Bajando desde la ermita hacia las casas.
Entrando por la calle de Abajo.
Calle de Abajo. La Cogullada de fondo.
Calle de Abajo.
A la izquierda la casa de Miguel y Guadalupe. Deshabitada desde bastantes años atrás, se usaba para guardar animales.
"En aquellos años bajaba bastante más agua que ahora. Jugábamos junto al río todo el verano con mi amiga Lina y las nietas de la señora Cándida que vivían en Barcelona pero pasaban los veranos aquí con su abuela. Nos bañábamos, hacíamos juegos con el agua e intentábamos coger peces. Otras veces nos íbamos a jugar al escondite, a la gallinita ciega, a tiendas o al parchís". MAXIMINA MARTÍ.
La calle de Abajo subiendo desde el río.
"La casa tenía la entrada muy grande lo mismo que la cocina, al lado de la cocina estaba lo que se denominaba la recocina, donde estaba el fregadero, la cocina de gas y los platos, al final de la entrada estaba la cuadra del mulo, que nosotros la utilizábamos para leña y algún cacharro mas, puesto que el animal lo teníamos en la casa de arriba, luego subiendo unos seis o siete escalones había una habitación, después otro tramo de escalera y una sala donde tenía mi máquina de hacer jerséis, y al final otra salita con tres habitaciones". MAXIMINA MARTÍ.
"La gente echaba unos tragos de vino en la taberna de Eusebio y los domingos se hacía baile en su interior con músicos que venían del Mas de Moles con laúd y guitarra. Acudía mucha gente joven de todas las masías de ambos lados del río". HUMILDAD PALLARÉS.
"Yo la taberna ya no la vi en funcionamiento, si conocí a Eusebio y su familia pero ya no hacían nada.
Le oí contar a mi padre y a mi tía que venían los del Mas de Moles con guitarras y se hacía baile en el interior de la taberna. Venía las gentes de las masías e incluso cenaban allí". MAXIMINA MARTÍ.
Calle de Abajo en su tramo medio.
Calle de Arriba.
"En la casa de la izquierda fue donde yo nací. Al principio vivieron aquí mis padres de alquiler hasta que nos bajamos a la de la calle de Abajo. La casa la seguimos llevando nosotros y la usábamos como cuadra para el mulo y comida para los animales. La de la derecha la tenían Simón y Julia para guardar animales. De frente se ve la granja de Daniel donde tenían los cerdos". MAXIMINA MARTÍ.
La calle de Arriba vista en sentido inverso.
Llegando a Las Albaredas por el camino de Portell.
La casa de Orencio. Cerrada desde hace bastantes años.
Era de trillar.
"Teníamos cada uno una pequeña granja de cerdos. En corrales aparte teníamos cerdas de cría, al destetarlos pasaban a la granja de engorde, era todo a pequeña escala pero de ayuda a la economía familiar, el pienso nos lo traía Cecilio del masico Morraja, masía cerquita de La Albareda. pero perteneciente a Cantavieja. él era el único que tenía tractor. Los cerdos venía un camión pequeño de Morella para llevárselos". MAXIMINA MARTÍ
Lo habitaba Esperanza, que estaba viuda y su hijo Arcadio.
Se fueron a Portell de Morella para en una segunda emigración marcharse a Tortosa (Tarragona).
La fuente de Las Albaredas.
Que bien conservado el pueblo, se nota que el abandono ha sido relativamente reciente (nada que ver con los de mi Blog). Son unas fotos muy bonitas Faustino, vamos en tu linea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cristian.
¡Qué bonita la "calle de arriba"! con su asiento corrido (en mi tierra se le llama "poyo"). Allí se sentarían los lugareños junto a la taberna tras un día de trabajo en el campo.
ResponderEliminarUn saludo Faustino, sigue sorprendiéndonos. Espero ansiosamente el foto-documental de El Horcajo.
Marcos
Tengo entendido que estos bancos no eran para sentarse, sino para servir de apoyo al subir al caballo. Quizá por eso se llamaban 'poyo'?
EliminarEso no quita que la gente se sentara ;-)
Felicidades al autor del blog y fotógrafo, un saludo
La función principal era la de sentarse los de la casa y vecinos para descansar,improvisar tertulias o realizar pequeños trabajos y reparaciones. Pero también servia para otras muchas actividades, entre ellas la que mencionas de servir de apoyo para montar en las caballerías, también para poner a secar y madurar frutos, hortalizas y legumbres, para poner algunas macetas de adorno, etc.
EliminarGracias por tus felicitaciones Annilina.
Saludos.
Faustino vivo en Castellon de la Plana y de casualidad o no.. Tu relato me ha llegado al alma. ¡¡¡¡Con cuanto amor nos describes tu pueblo¡¡¡¡ Iré a visitarlo. ¡¡¡Cuantas historias vividas¡¡¡¡cuantos recuerdos¡¡¡. Cuando pase todo esto del coronavid 19, lo visitare y seras mi guía pues recorreré lo que has escrito. Muchas gracias¡¡¡¡
EliminarHola Mercedes.
EliminarSiento decirte que Les Alberedes no es mi pueblo.
Yo soy el autor de todos los reportajes que salen en el blog.
Soy el transmisor de lo que me cuentan personas que han nacido y vivido en cada pueblo.
En este caso concreto lo que me contaron tres mujeres nacidas en Les Alberedes lo he dado forma como texto para que quede constancia de la memoria del lugar.
Lo que si te puedo decir como bien has observado es que tanto el reportaje de este pueblo como todos los demás están hechos con mucho cariño y mucha ternura. Para mi son algo más que simples pueblos que se quedaron vacíos.
Cuando pase todo esto visita este hermosísimo lugar guiándote por las explicaciones del reportaje y verás que todo lo que explico tiene un fundamento.
Gracias por dejar tu comentario.
Un cordial saludo.
És un treball magnífic. Les fotos són de molt bona qualitat. Enhorabona i gràcies per linkar el meu blog. Jo vaig conéixer personalment Simón Martí, l'últim habitant, quan ja l'havia deixat.
ResponderEliminarUna altra precisió important, el poble també es coneixia com Les Alberedes del Portell o simplement Les Alberedes. Ací els veïns eren castellanoparlants, dins d'un poble i una comarca valencianoparlants com els Ports. La proximitat a Terol i al municipi de La Cuba, va produir eixa situació. En la mateixa comarca dels Ports, Olocau del Rei també té esta situació. El que no sé si s'ha fet és delimitar els masos que parlaven en castellà i els que parlaven en valencià, dins del mateix terme municipal.
ResponderEliminarBon treball i bones fotos, enhorabona
ResponderEliminarJ.V.Sospedra-Torreblanca-
Si le interesa tengo alguna fotico de uno de los torraderos y otra de una de las mesas de piedra que hay repartidas por el terreno.
ResponderEliminarGRACIAS POR DAR A CONOCER ESTE TERRENO TAN MARAVILLOSO, GRACIAS.
No te preocupes que tengo algunas fotos de esas que me comentas, pero como no forman parte de la historia pasada del pueblo no he creido conveniente ponerlas.
EliminarGracias de todas maneras.
Saludos.
estara abandonado, pero es precioso...es lo que la gente busca, un paseo a solas en un maravilloso pueblo como ese...saludos!!
ResponderEliminarque maravilla
ResponderEliminarMí abuelo i Mia antepasados son de las albaredas,Manolito el herrerico, de apellido Molinos
EliminarMis abuelos maternos eran de allí, Guillermo y Amalia de La Albareda. Mi madre, Milagros, y casi todos mis tíos nacieron allí. Yo he estado de pequeño un par de veces para San Marcos. Pienso volver cualquier día para hacer fotos. Saludos a la Albareda y a las Casas del Barranco de San Juan.
ResponderEliminarGracias Faustino por esta maravilla!
ResponderEliminarA. Campos
No tengo el gusto de haber visitado España, pero la fotos son hermosas. Sería genial que alguien se decidiera a tomar como casas de campo las viviendas o al menos que se les diera un mínimo mantenimiento para que no sean destruidas por completo por el abandono.
ResponderEliminarDesde México, Alfredo
Hola! Hay una casa arreglada, nosotros las veces que hemos pasado caminando hemos visto como poco a poco la han ido arreglando
EliminarPrecioso!!
ResponderEliminarYo nací, y viví en la Albareda
ResponderEliminarAllí voy cada año por San Marcos; fuí la última que nací allí
Me ha hecho mucha ilusión ver esta publicación
un saludo para todos
Carmen
Hola Faustino,otra bella población que tengo apuntada en la agenda para visitar cuando me sea posible,enhorabuena por tu fantástico blog,saludos
ResponderEliminarRoberto
Bellisima población esta de Les Alberedes, tiene un encanto tremendo, además puedes visitar las Casas de San Juan que pertenecen ya a Teruel y que se ven al otro lado del río, son diez minutos escasos de caminar y puedes ver los dos pueblos de una tirada. Los niños de Les Alberedes iban a la escuela de San Juan. Que lo disfrutes.
EliminarGracias amigo por tus palabras hacia el blog.
Saludos.
Hola Faustino,por fín éste Sábado he podido visitar Les Alberedes y las casas de San Juan,como bién dices en tu blog unas poblaciones que valen la pena visitar,lástima que queden abandonadas por culpa de las malas comunicaciones que tienen,también coincidió que éste sábado celebraban las fiestas de San Juan en dicha población y estaba lleno de gente,hubo hasta vaquillas,pués nada,gracias a tí voy conociendo nuevos lugares para visitar,enhorabuena por tu blog,saludos.
EliminarRoberto
Me alegra Roberto que tuvieras una excursión fructífera, Les Alberedes es una pasada de población, de los pueblos más hermosos que yo haya visto. Mal día elegiste para visitar Las Casas de San Juan si querías verlas en silencio y en soledad pero a cambio has podido ver el impulso que están dando para que no se pierda su memoria.
EliminarSigue disfrutando con los lugares tan bellos que nos ofrece la despoblación.
Saludos.
Es un lugar que las personas que he llevado me han pedido volver por su encanto fantasmagórico y su anclado en el pasado. Buen trabajo Faustino es un homenaje a las personas que el estos pueblos vivieron.
ResponderEliminarSi las personas que te han acompañado te han pedido volver es que el pueblo merece la pena, y vaya que si lo merece.
EliminarGracias por dejar tu comentario Jramón.
Saludos.
Hola. Es muy bueno el blog.Hablas del Mas de Moles ¿Es el Mas de moles de Cinctorres?Mi abuela nació allí y creo que algún hermano tocaba un instrumento.ROSA
ResponderEliminarNi te confirmo ni te niego la pregunta que me haces porque no la se, este dato me lo contaron las informantes que me hablaron de Les Alberedes. Todo me hace pensar que no seria el mismo, debido a que hay una cierta distancia entre los dos pueblos( Portell y Cinctorres). Teniendo en cuenta que hay pueblos que tenían mas de un centenar de mases es probable que el nombre de Mas de Moles se repitiera en los dos pueblos.
EliminarMe alegra que te guste el blog Rosa.
Saludos.
El mas de moles es de Portell
Eliminarhola, acabo de descubrir tu blog y la verdad es que haces un trabajo espectacular, enhorabuena. Buscaba pueblos despoblados para para pasar un dia de montaña y conocer mejor mi provincia y el entorno. Me atrajo este pueblecito, LES ALBEREDES, por su encanto en tus fotografías, pero mas me llamo la atención cuando comentas que sus últimos habitantes fueron Simon yJulia, tal como se llaman mis padre. He de llevar a mi madre para que lo conozca y conozca la historia de esos últimos huéspedes pues me parece una bonita coincidencia.
EliminarSi buscas un pueblo bonito en la provincia de Castellón has dado con el adecuado.
EliminarLes Alberedes es una verdadera belleza por su buen estado de conservación, por su arquitectura, por su ubicación y por la tranquilidad que allí se respira.
Las coincidencias existen y aquí se da el caso de que tus padres se llamen igual que los últimos habitantes de esta aldea.
Gracias por tu comentario.
Saludos.
Gran trabajo Faustino, si tienes información sobre otros pueblos deshabilitados en la comunidad valenciana por favor dime sus nombres, soy un viajero solitario que me chifla la historia de estos pueblos.
ResponderEliminarGracias. mi Mail: encuentro@mimagia.es
Luis
Hola!
ResponderEliminarMe ha hecho ilusión descubrir tu blog y poder llegar a ver estas imágenes y leer tus textos. Yo fui de muy pequeña pero no tengo muchos recuerdos de entonces. Aún solemos ir una vez al año si podemos, con mi madre, mi tía y una de mis hermanas si puede...
Mi madre y mi tía ( que nació allí) se criaron en la última casa antes de llegar al río.
Se lo conocen todo como la palma de la mano, no me canso de escuchar todo lo que explican.
Les Albaredes tiene un encanto especial que no deja indiferente a nadie.
Mªjosé
No conocia esta aldea, me parece fantàstica y lo bien conservada que esta. Ojala que todos los descendientes de todas las aldeas, supieran de sis ancestros y que los conservaran.
ResponderEliminarHola Faustino: Tuve el placer de tener como alumnos, aunque poco tiempo, a los niños de Las Albaredas. Ya te comenté el caso en tu reportaje de Casas de San Juan. He tenido el placer de volver alguna vez y relacionarme con sus gentes, con alguna de las cuales, sigo en contacto. Precisamente en mi última visita hablé con Feli (su hermana Tomasa la tuve en la escuela). Me encanta tu blog y tus fotos tan auténticas. Quiero mucho a las gentesy tierras dónde estuve de maestra. Éso no se borra. Gracias y un saludo.
ResponderEliminarMe acuerdo con agrado de Feli y de su madre cuando estuve en Portell. Me atendieron muy bien.
EliminarEs buen síntoma que vuelvas al lugar donde impartiste enseñanza. Es señal de que el pueblo y las gentes del lugar dejaron buen recuerdo en ti, a la vez que tu también dejarías buen recuerdo de tu paso por allí.
Si estos dos condicionantes no se cumplen uno no vuelve al lugar donde pasó un tiempo de su vida.
Gracias por dejar tu comentario Mª Carmen.
Saludos.
Hola de nuevo,Faustino,te escribo para comentarte que este sábado pasado estuvimos otra véz en les Alberedes y casas de San Juan, pero sin la masificación de gente que pillamos la vez anterior en Casas de San Juan ya que coincidió con la celebración del santo,ésta véz he podido disfrutar de la soledad de la aldea y verla tranquilamente sin aglomeraciones,un abrazo
ResponderEliminarMe alegra Roberto que fuera un sábado muy placentero vuestra visita a estos dos despoblados tan cercanos pero lejanos a nivel administrativo (uno aragonés y otro valenciano).
EliminarEs una excursión muy atractiva porque se puede disfrutar del encanto y la tranquilidad que se da en estos lugares y puedes desplazarte cómodamente de uno a otro.
Les Alberedes un placer visual.
Un abrazo.
Este fin de semana nos acercamos con las motos hasta este bonito lugar. El conocimiento de este pueblo deshabitado fue gracias a tu blog...saludos.
ResponderEliminarSeguro que no os defraudó la visita a este lugar.
EliminarLes Alberedes es hermosisimo.
Gracias por dejar tu comentario Rubén.
Saludos.
Nosaltres hi vam anar al gener del 2012. A peu des de Portell. Sí, realment interesant i amb un aire, un ambient sospès d'un cert misteri. L'hem recordat al llegir el llibre d'en Paco Cerdà
ResponderEliminarTenéis que volver a visitar les alberedes las están desbrozando y su encanto ha vuelto a brillar
ResponderEliminarFaustino al igual como el de Casas de San Juan ( Barranco San Juan) magnifico tu reportaje de Las Albaredas. Aquí te dejo un enlace de mi blog que hice de Las Albaredas, portellvirtual.blogspot.com/2013/ Saludos
ResponderEliminarHola José.
EliminarMe alegra que te guste el reportaje de Les Alberedes.
Ya he tenido ocasión de ver la entrada que hiciste en tu blog.
Muy original con la narración en segunda persona y con una gran carga de amargura y tristeza pero muy real.
Un cordial saludo.
Hola hoy hemos estado de nuevo en Les Alberedes y comido junto al rio, en la especie de area recreativa.
ResponderEliminarHemos visitado denuevo la casa de Simón, con su característico citroen furgoneta abandonada a la puerta de su casa matrícula Te de letra A. Por cierto un coche que le vendió un vecino de Les Alberedes, tal vez engañandole pues ya estaba rebentado, por 30000 pesetas
Hemos realizado paseo hasta casas de San Juan, a dónde iban diariamente a la escuela los menores de Les Alberedes. Por cierto una escuela que todavía existe, reconvertida en local de las fiestas del pueblo, mantiene fotos del dictador Franco, Jose Antonio Primo de Rivera i el crucifijo
Nos hemos encontrado con Simón, actualmente pastor, que nació en les Alberedes y nos ha relatado substanciosas històrias y anecdotas
Hoy estuvimos ahi mi mujer y yo por casualidad porque veniamos de xodos y cojimos la pista forestal que nos costo unos 2 horas y por casualidad hemos encontrado este aldea y nos ha gustado mucho hemos visto todo las casas y las 2 calles y de ahi fuimos a llucena y dispues a nuestro casa en castellon pero que belleza.
ResponderEliminarHoy mismo he sabido de la existencia del pueblo y aquí estoy, buscando información. Es ideal ésta guía que nos has facilitado, conociendo las historias de cada casa y sus habitantes. Para recorrer el pueblo y no perder detalle de su historia en general. Desde luego que iré a visitarlo. Junto con La Estrella, pueblos geniales, gracias!!
ResponderEliminarUn gran trabajo recordar estos pueblos, seguid asi.
ResponderEliminarBusqué información de este poblado a raíz de que ya no está despoblado o no lo estará en un futuro, un grupo de personas lo está restaurando casi en su totalidad para utilizarlo como segunda residencia y de turismo rural, por lo que podrían moverse allí a vivir todo el año si fuera el caso. Quizás las fotos que has hecho son de antes de su inicio de restauración, ya que no se parece en nada a lo que se está haciendo ahora. Es de agradecer que exista gente que quiera recuperar estos pueblos, aunque sea para mero turismo, siempre que se haga desde el respeto de quienes estuvieron allí.
ResponderEliminartestimonios, imágenes y descripción, gran trabajo!
ResponderEliminarQue lastima de pueblo, es precioso.
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